¿Crees que es inevitable enfermar?
La cuestión no es tan sencilla. Podemos cuidar nuestra salud hasta extremos insospechados y nada nos impedirá enfermar en el momento más inesperado.
Podemos fumar durante años y quedar libres de un cáncer de pulmón. Incluso cuando cada vez tenemos más información sobre nuestras características genéticas o sobre la previsible evolución de la enfermedad que padecemos, nada está determinado.
Y sin embargo, este mundo no determinista no supone que vivamos en un mundo libre de causa y efecto, o sobre el que no podamos tener certezas y que esas certezas, en este universo de azar, se transformen en probabilidades.
Retomando los ejemplos anteriores, sabemos que fumando compulsivamente hay una alta probabilidad de desarrollar un cáncer de pulmón. También sabemos que una alimentación saludable no sólo puede reducir las posibilidades de contraer numerosas enfermedades, sino que además mejora el pronóstico de muchas de ellas cuando sabemos el diagnóstico.
Independientemente de cuál será nuestro estado de salud actual, lo que hagamos hoy va a influir en nuestra calidad de vida futura.
Desde mi creencia y experiencia personal, tanto si hemos sido diagnosticados con una enfermedad como si gozamos de un perfecto estado de salud, tenemos la responsabilidad y el poder de influir en ella e incrementar nuestras posibilidades de cambiar con nuestros hábitos en pos de una vida más saludable.
Y en esto coinciden todas las investigaciones recientes: aunque genética y entorno influyen como factores que definen nuestro estado de salud, el factor que está y puede incidir con mayor impacto en nuestra salud (con una influencia de casi el cincuenta por ciento) es nuestro estilo de vida. Estilo de vida entendido en un modo amplio (nuestra alimentación, el ejercicio que hagamos, las rutinas de descanso, nuestro equilibrio emocional y vital), que es fruto de nuestras decisiones personales y que va a permitirnos llevar una mejor calidad de vida, una vida más saludable.
Vivimos en una época privilegiada para este propósito!.
Durante este siglo asistiremos, sin duda, al acceso sencillo y económico a nuestro mapa genético, conociendo los riesgos asociados al mismo y permitiéndonos disminuir su influencia con actuaciones personalizadas.
“Todos los organismos que tienen una base genética distintiva, tienen diferentes necesidades que deben cumplir para tener un estado óptimo de bienestar”.
R J Williams.
Lo que heredamos son disposiciones, no destinos; tendencias y no certidumbres.
Y ante cualquier baza de la vida el resultado de mayor o menor realización dependerá de cómo utilicemos nuestras cartas, sin olvidarnos de un aspecto que ningún análisis genético recogerá, como es el valor intrínseco del individuo, su capacidad de mejora y de adaptación y que es la verdadera razón por la que escribí este libro: ¡tu capacidad para cambiar!.
- ¿Qué grado de influencia piensas que tienes sobre tu salud?
- ¿Que nivel de conocimiento posees sobre tus antecedentes familiares, dolencias, genética, enfermedades, etc? ¿a que te mueve?
- ¿Como intervienes con tu estilo de vida cuando llegan los síntomas en alguna parte de tu cuerpo?
- Si padeces alguna enfermedad, ¿qué aspectos de tu vida crees que podrían mejorar tu calidad de vida?