No hay que confundir esta parafilia con la saliromanía en la que el placer se obtiene por ensuciar la ropa de la pareja. A pesar de que tienen en común el vestuario del otro, en la clastomanía no hay pasión por la suciedad sino por el morbo de desnudar a la pareja resquebrajando su ropa.
La etimología de esta palabra procede del griego: klastos, que significa roto, y mania, locura.