La presidente Cristina Kirchner continúa acumulando dolores de cabeza ante la Justicia federal. Esta vez fue el juez Claudio Bonadio quien la procesó en la causa denominada “dólar futuro”. El título por el cual se popularizó la investigación alude a una operación financiera de compra y venta de divisas a través de la cual se pacta un precio a una fecha determinada y se compensa con pesos la diferencia con respecto al valor de mercado del día convenido.
Por ejemplo, durante la gestión anterior, el Banco Central presidido por Alejandro Vanoli vendió a través del Mercado de Rosario y del Mercado Abierto Electrónico (MAE) dólares a $10,60 y $10,80 por unidad estimando que ése sería el tipo de cambio entre febrero y junio de 2016.
Como es de público conocimiento, en diciembre de 2015 cambió el signo político de la administración pública y se dio un giro de 180 grados en la política económica. Una de las medidas que marcaron ese cambio de rumbo fue el levantamiento del cepo y la liberación del mercado, que arribó a un tipo de cambio de equilibrio -vigilado por el BCRA- cercano a los 15 pesos (el jueves 12 de mayo cerró a $14,46 en bancos y casas de cambio.
Con la devaluación, se generó una ganancia de casi 4 pesos por unidad a favor de quienes habían comprado “dólar a futuro” el año pasado. Cuando se multiplica ese valor por todas las operaciones que se realizaron las pérdidas para la autoridad monetaria son millonarias.
La Justicia investiga ahora si el kirchnerismo impulsó este tipo de intercambios de forma maliciosa con el objetivo de defraudar al Estado. Las autoridades del gobierno anterior defendieron la operatoria porque dicen que es legal -la Carta Orgánica del BCRA lo autoriza específicamente- y porque argumentan que no pueden hacerse cargo de una decisión política que fue tomada por otro gobierno, el deslizamiento del valor del peso.
