Estar activo es bueno para la salud en muchos niveles. Llevar una vida de proclive al entrenamiento físico ayuda a mantener el corazón en forma, a controlar el peso corporal y a mejorar de los niveles de presión arterial y azúcar en la sangre. El ejercicio también se relacionó con beneficios para el cerebro y un menor riesgo de algunos tipos de cáncer. Aún así, existen tipos de actividades que resultan más productivas para el bienestar general pensando a futuro.
Para un grupo de analistas de Inglaterra, Australia y Finlandia la evidencia de los efectos sobre la salud a largo plazo de las disciplinas deportivas específicas era escasa. Por lo tanto, decidieron examinar las asociaciones de seis diferentes tipos de deportes y ejercicios con todas las causas de mortalidad y el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV).
Tomando datos de las encuestas nacionales de salud entre 1994 y 2008 se analizaron a 80.306 mujeres y hombres, con un promedio de 52 años, supervisando sus hábitos en los últimos 9 años. Tomaron como parámetro la realización de cualquier tipo de actividad física, sea desde tareas domésticas o clases de danza hasta la práctica de deportes. Durante el lapso del periodo investigado, 8.790 de ellos murieron, incluyendo a 1.909 por enfermedades cardiovasculares.
El estudio, a cargo de la Universidad de Oxford y publicado en el British Journal of Sports Medicine, reveló que las personas que jugaron los deportes de raqueta -como el tenis, el squash, el badminton o el padel- con mayor regularidad eran los menos propensos a morir. Este grupo redujo un 47% las causas por muerte general y un 56% en casos relacionados a problemas cardíacos.
La natación y los deportes aeróbicos también mostraron una merma significativa: el riesgo de fallecimiento por dolencias generales osciló entre un 27 y 28% por ciento en ambos, mientras la mortalidad por problemas cardiovasculares se redujo en 36 y 41%, respectivamente. Por su parte, la práctica de ciclismo disminuyó los valores en un 15%, pero no tuvo influencia específica en la salud del corazón y los vasos sanguíneos.
En cambio, otros de los más preferidos, como el fútbol, el rugby o correr, no resultaron beneficiosos para vivir más tiempo. “La razón más probable de la falta de asociación significativa entre el fútbol o correr y la mortalidad es que los participantes en estos deportes eran más jóvenes que los de los otros deportes. Por lo tanto necesitamos otros cinco a 10 años para el seguimiento de cómo se desarrollan las tasas de mortalidad”, dijo Pekka Oja, líder de la investigación.
“Nuestros hallazgos indican que no solo la cantidad y la frecuencia, sino también el tipo de ejercicio parecen marcar la diferencia. Las diferencias encontradas constatan que las distintas disciplinas deportivas influyen de diferente manera al mejorar la salud de ciertos órganos o partes del cuerpo”, comentó Emmanuel Stamatakis, otro de los autores del estudio.