Prueban huellas dactilares creadas con una impresora 3D para desbloquear un teléfono móvil

La policía estadounidense evalúa utilizar esta tecnología para poder acceder a los contenidos de un smartphone para poder avanzar con la investigación de diversos casos junto a la Universidad Estatal de Michigan

La Policía del estado norteamericano de Michigan estudia la posibilidad de imprimir en 3D las huellas digitales de personas muertas para desbloquear sus teléfonos, utilizando los sensor biométrico de los equipos, en casos en los que el acceso al móvil pueda contribuir a la investigación de crímenes.

El mes pasado, oficiales de la policía estatal se presentaron en el laboratorio de Anil Jain, un profesor de ciencias de la computación en la Universidad Estatal de Michigan (Michigan State University), para pedirle ayuda para desbloquear el teléfono de un hombre muerto, según informó el sitio estadounidense Fusion.

Jain trabaja en procesos de identificación biométrica, como programas de reconocimiento facial y escáners de huellas digitales.

En el marco de una investigación por un asesinato, los policías creían que el teléfono de la víctima podría contener pistas sobre el autor del crimen, según indicó una asistente del laboratorio que ahora colabora con el caso.

Los oficiales, que ya tenían escaneadas las huellas del hombre asesinado, le solicitaron al laboratorio que les imprimiera las huellas de los 10 dedos de la víctima.

Para que pudieran ser usadas, el laboratorio recubrió la impresión en una fina capa de partículas metálicas, ya que la mayoría de los lectores de huellas dactilares que tienen los teléfonos usan pequeñas cantidades de electricidad para leer las huellas. Es que la piel conduce la suficiente cantidad de electricidad que requieren los lectores biométricos, pero el plástico no.

Una fuente del laboratorio indicó a Fusion que el método es experimental -por lo que no saben si funcionará- y que aún no le devolvieron a la policía las huellas digitales impresas en 3D. A su vez, también hubo diversas pruebas que lograron vulnerar los sensores biométricos, como ocurrió con el teléfono Samsung Galaxy S5, uno de los primeros modelos en incorporar este tipo de sistemas de validación de identidad.

La privacidad de los teléfonos inteligentes en investigaciones criminales cobró resonancia a finales de 2015 con la contienda judicial entre Apple y el FBI, después de que la empresa californiana le negara el acceso al iPhone de uno de los protagonistas del tiroteo de San Bernardino, que estaba bloqueado con un código.