Promueven el ingreso de líneas aéreas

El ministro Dietrich dijo que el mercado de cabotaje "es muy pobre" respecto de otros países de la región; se presentaron 5 empresas con proyectos de empezar a volar

Fue un baile de parejas. Los funcionarios hicieron dupla con los empresarios aeronáuticos. Los dueños de las compañías de colectivos se guiñaron el ojo con los gremios de aeronavegación. Los primeros coinciden en la necesidad de nuevos servicios y las oportunidades que hay en la Argentina. Los segundos encontraron sus coincidencias en los peligros de precarización laboral y en la supuesta falta de garantías en seguridad aérea.

Así transcurrió la audiencia pública en el Teatro de la Ribera, donde se escuchó una tras otra las ponencias de los 63 inscriptos que expusieron su postura sobre la posibilidad o no de que se autoricen nuevas rutas a empresas de aviación comercial.

De un lado, los representantes de Andes, Flybondi, American Jet, Avian y Alas del Sur encontraron aliados en todos los funcionarios que expusieron. Fueron los representantes de las provincias los que más acento pusieron en la necesidad de mejorar la conectividad con el interior. Del otro lado, los gremios, ahora aliados a los colectiveros.

“El mercado aerocomercial es muy pobre. En la Argentina vuela poca gente, un tercio que en los países de la región. Nuestros países vecinos aumentaron la cantidad de vuelos de cabotaje y la Argentina no lo hizo”, dijo el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, al abrir la reunión. Luego, pasaron las cinco aerolíneas que se anotaron para pedir rutas. Y salvo algún silbido o un grito aislado, todo transitó en una extrema tranquilidad.

Eso, adentro del teatro. Afuera el clima era diferente. Vallas, policías y hasta scanner ubicados en el medio de la calle formaron parte de un enorme procedimiento de seguridad montado ante la convocatoria de los principales gremios.

Alas del Sur fue la primera en mostrar su proyecto. Habló de Córdoba como base de operaciones. Carlos Vázquez, representante de la compañía, informó que prevén iniciar la operación con tres aviones, para llegar a seis a fin de 2017 y a 12 en 2022. Para el cabotaje se utilizarán Airbus 320, mientras que para las líneas de largo alcance, Boeing 777. “Este es un proyecto que no requiere subsidios. Sí requerimos costos de aeropuertos acordes con la industria. La Argentina está por encima de los costos que se pagan en la región”, agregó.

American Jet, una compañía que tiene su principal actividad en el traslado de personal para la minería y el petróleo, pidió autorizaciones para volar servicios regulares y para sumar aeronaves más grandes. “El aumento de capacidad de nuestros aviones se ha tramitado sin éxito durante años. Y esa negativa nos ha llevado a perder dinero y negocios”, dijo Ivana Palmieri, representante de la aerolínea. El plan de expansión pretende utilizar aviones ATR con 48 asientos. “No vamos a competir con Aerolíneas. Somos una empresa de alimentación [de rutas troncales] basada en Neuquén”, finalizó.

Andes Líneas Aéreas, que ya opera, pidió nuevas rutas y confirmó que llegarán más aviones. Hizo un alto para agradecer a los gremios. “Nos han apoyado en las buenas y en las malas. Muchas gracias por todo”, dijo Horacio Pesmetre, presidente de la empresa. Los gremios, a su turno, devolvieron gentilezas. La dejaron fuera de prácticamente todas las oposiciones.

Cuando se anunció Avianca (Avian, según la denominación con la que operará en el país), sonaron los primeros silbidos que requirieron la participación del moderador, Javier Corcuera, un experimentado en estos procedimientos. “Silencio, por favor. Todos van a tener oportunidad de hablar”, dijo. Entonces Melissa Sangallo, representante de Avian, dijo que en estos días llegará el primer avión y le puso fecha al inicio de la actividad. “El 15 de marzo queremos empezar a volar”, puntualizó. Luego le dedicó varios párrafos a contestar las críticas de los gremios. Dijo que la empresa, igual que dijeron todos los empresarios, tomará pilotos, mecánicos, personal de a bordo y de tierra argentinos.

Finalmente, del lado de las empresas, le tocó el turno a Flybondi, la única que se definió como low cost. “Yo prefiero hablar de eficiencia más que de low cost. Tenemos los aviones más tiempo en el aire y menos en tierra”, dijo Julian Cook, el suizo líder del proyecto. “La Argentina es uno de los pocos países en el mundo que no tiene low cost y la oportunidad es enorme”, sostuvo.

Habló de una inversión de US$ 75 millones y de traer 27 aeronaves hasta 2021, para cubrir 56 destinos domésticos y 38 internacionales, además de generar 1500 puestos de trabajo directos. “Hay que parar de hablar del mito de que las low cost no son seguras”, agregó.

Luego empezaron los gremios. Hubo coincidencia en la mayoría. Edgardo Llanos, de la Asociación Personal Aeronáutico, hizo una advertencia: “Avianca dice que va a volar en marzo. No la vamos a dejar volar hasta que no se siente con nosotros a negociar los convenios colectivos”. Fue el inicio de una retórica que equiparó la llegada de las nuevas empresas con la posibilidad de precarización laboral.

Ricardo Cirielli, líder de la poderosa APTA, que nuclea a los mecánicos, se llevó la frase de la mañana. “No se metan con Aerolíneas y Austral. Si vienen, nos van a encontrar. Si quieren venir, que vengan. Vamos a resistir”, finalizó “El Negro”, como todos lo llaman en el mundo sindical.

Los empresarios de colectivos también mostraron una fuerte oposición. Dijeron que las empresas quebrarían y aventaron el fantasma de accidentes aéreos. Fue Jorge Ortiz López, apoderado de Chevallier, el que más énfasis puso. Raro, en un sector que cuenta decenas de accidentes en las rutas.

Para el final quedó Pablo Biró, titular de APLA, el poderos gremio de pilotos. “Como el ministro [Dietrich] no sabe, viene de vender autos, entonces miramos quién lo asesora”, dijo el sindicalista, antes de comentar que no había personal técnico con conocimientos en el Gobierno. Pero no presentó números, cifras o documentos.