Los enfermos imaginarios son más propensos que el resto de la población a padecer problemas cardíacos. Es la conclusión a la que ha llegado un equipo de doctores noruegos tras estudiar a 7.052 personas durante 12 años. Aquellos individuos que mostraban ansiedad respecto a su estado de salud al principio de la investigación tenían un 73 % más de posibilidades de desarrollar una enfermedad del corazón que quienes no se preocupaban.
Hace tiempo que se sabe que la ansiedad crónica es un trastorno psicológico que puede dañar el corazón, pero este trabajo es el primero que se centra en la ansiedad relacionada con la salud, esa hipocondría que provoca en quien la padece una preocupación constante por caer gravemente enfermo y una necesidad de acudir al médico aunque no haya nada que lo justifique.
Los investigadores creían al principio de su estudio que los más preocupados por su salud serían los más sanos, ya que se cuidarían más que el resto, pero han comprobado que no es así.
Los individuos analizados, nacidos entre 1953 y 1957, habían pasado por chequeos médicos entre 1997 y 1999 y rellenaron cuestionarios sobre su salud, estilo de vida y nivel educativo. Los autores aplicaron una escala para medir los niveles de hipocondría y concluyeron que el 10 % de la muestra la padecía.
La salud cardíaca de los participantes fue controlada en 2009, con la exclusión de quienes recibían tratamiento por problemas de corazón o habían fallecido a consecuencias de estos. ¿Qué ocurrió? El 3,3 % habían sufrido un accidente isquémico (un ataque al corazón o una angina de pecho, por ejemplo). Pero entre ellos, los fallecidos eran el doble entre quienes habían mostrado indicios de hipocondría al principio del trabajo.
Cuando añadieron otros factores potencialmente peligrosos para el corazón, los investigadores hallaron que las personas calificadas como hipocondríacas al inicio del experimento tenían un 73 % más de probabilidades de desarrollar una cardiopatía que el resto. De esta forma, la ansiedad se confirma como un riesgo para el corazón similar al tabaquismo o la obesidad.