El cine argentino ganó cuatro premios en el 69º Festival de Locarno, dos de ellos considerados los más importantes en cuanto a descubrimientos de nuevos talentos. Eduardo “Teddy” Williams triunfó en la competencia oficial Cineasti del Presente con El auge del humano, una película que retrata las historias de vida de varios jóvenes en nuestro país, Mozambique y Filipinas; y Nele Wohlatz consiguió el galardón a mejor ópera prima de todas las secciones de la prestigiosa muestra suiza con El futuro perfecto, que narra las desventuras familiares, laborales y afectivas de una adolescente china que llega a Buenos Aires sin hablar una palabra de castellano. Ambas películas consiguieron otras dos distinciones menores: El auge del humano se quedó con la mención del jurado de óperas primas, y El futuro perfecto, con la mención especial del jurado de la juventud.
Los directores no ocultaron su felicidad. En el caso de Williams -reconocido cortometrajista de apenas 29 años que además recibió 40.000 dólares por el premio -, aseguró que “todos los del equipo estamos emocionados y con este empuje ahora vamos a poder mostrar la película en más lugares; ya se habían generado intercambios interesantes en Locarno, pero este reconocimiento nos abre muchas otras puertas para seguir compartiendo nuestras ideas y experiencias sobre el cine y la vida con mucha más gente”.
Por su parte, Wohlatz – nacida en Alemania en 1982, pero formada y radicada desde hace años en Argentina – indicó que “el premio a mejor ópera prima es algo extraordinario y, si bien fue un trabajo de equipo, lo quiero compartir muy especialmente con la protagonista Zhang Xiaobin quien, con su espíritu de aventura y su generosidad, hizo posible que todo esto sucediera; pero lo más importante es que ayudará mucho a la visibilidad de la película, que es lo que a todo artista realmente le interesa”. La codirectora de Ricardo Bär se hizo acreedora, además, a 15.000 dólares por la distinción.
En cambio, tanto La idea de un lago, de Milagros Mumenthaler, como Hermia & Helena, de Matías Piñeiro, se quedaron sin premio en el palmarés de la Competencia Internacional, donde Godless, sórdida ópera prima de la búlgara Ralitza Petrova, obtuvo el Leopardo de Oro y su protagonista, Irena Ivanova, que interpreta a una médica a domicilio que estafa a ancianos, ganó como mejor actriz. El drama de época rumano Scarred Hearts, de Radu Jude, recibió el Premio Especial del Jurado, mientras que el portugués Joâo Pedro Rodrigues fue distinguido como mejor director por la audaz y delirante O ornitólogo.