En los últimos meses, la pasión por caminar ligero ha ganado muchos adeptos. Y si bien correr es un ejercicio maravilloso, energizante y muchas veces tranquilizador, el power walking llegó para quedarse y promete ser un duro competidor del running. La exigencia de correr está perdiendo terreno ante una moda en la que no sólo importa caminar, sino que la movilidad de los brazos, el abdomen y la posición de los pies resultan fundamentales para que trabajen otras partes del cuerpo.
Power walking es una atractiva alternativa de entrenamiento, la cual transforma el solo hecho de caminar en un entrenamiento que quema hasta 400 calorías diarias. Sin embargo, la caminata no corresponde a su propia actividad tradicional. Entran en juego otras variables: el ritmo de la caminata, la respiración y la postura, así como los cambios de ritmo.
La aparición de esta nueva tendencia promovió el ejercicio físico en muchas personas que se encontraban reacias a la actividad semanal por la fatiga que les causaba correr. Según un estudio de la Asociación Americana del Corazón (American Heart Associaton) en el que se compara el power walking con el running, para un gasto de energía similar, correr reduce el riesgo de hipertensión en un 4,2%, mientras que caminar lo hace en un 7,2%. Con respecto al riesgo de colesterol alto, correr supone una reducción del mismo en un 4,3%, mientras que caminar lo hace en un 7%. Finalmente, en cuanto a las enfermedades cardíacas, correr reduce el riesgo en un 4,5%, y caminar, en un 9,3%.
Son sesiones muy rápidas para mantener siempre las pulsaciones en la zona de quema de grasa y con intervalos de trabajo en zona anaeróbica
Los promotores de esta novedosa disciplina explicaron que “el hecho es que todos caminamos en nuestro día a día, pero no todos sabemos caminar de forma correcta: la postura, la pisada o la activación del abdomen son conceptos importantes que debemos tener en cuenta a la hora de echar a andar”. Por norma general, una sesión de entrenamiento de power walking suele durar entre 45 y 60 minutos durante los cuales no se deja de caminar. Al igual que en otros deportes como la carrera o el spinning, se pueden diseñar distintos tipos de sesiones con velocidad progresiva y cambios de ritmo.
La corrección postural es muy importante en todos los deportes, y mucho más en algunos como el running o el power walking. Los tres básicos a tener en cuenta serían: hombros atrás y abajo, cabeza arriba y pecho arriba“, dijo el atletta Steve Reeves, uno de los pioneros en esta disciplina.
Beneficios de un entrenamiento diferente
“En primer lugar, es una actividad que puede realizar todo el mundo, independientemente de su condición física y deportiva o edad. Además, es totalmente personalizable en función de cada individuo”, explicó Reeves.
El power walking es un ejercicio de cierta exigencia, pero ¿cuál es la diferencia con el running? La más importante es el impacto articular. Al permanecer siempre un pie en el suelo, el desgaste sobre las articulaciones es mucho menor que corriendo. Por ello, se convierte en el ejercicio ideal para personas con lesiones crónicas o, sencillamente, para runners en días de descanso.