Pasan las horas y el estado de salud de la estudiante universitaria que el viernes a la noche fue brutalmente golpeada al defenderse de un presunto abuso sexual continúa siendo crítico, por lo que hasta anoche permanecía internada bajo estrictos cuidados médicos en el área de terapia intensiva del hospital Madariaga.
Las lesiones que sufrió en la cabeza al ser lanzada contra el muro de una casa donde trató de refugiarse son tan graves que los doctores decidieron inducirla al coma para poder intervenirla quirúrgicamente. El parte médico indicó traumatismo de cráneo, fractura temporal derecha con hundimiento y hemorragia intracraneal, lo que pese a los esfuerzos la coloca en un punto donde el riesgo de perder la vida es constante, según lo que informaron los especialistas.
De todas formas, las esperanzas de que se recupere siguen intactas. Y ello se basa en la necesidad de que pueda declarar sobre lo que pasó, más allá de esos detalles superficiales que aportó a los investigadores que la asistieron en un primer momento.
Es que al no haber testigos de la secuencia, cualquier detalle que recuerde es considerado clave para llegar a los sujetos que la dejaron en esas condiciones.
Seguimiento virtual
Fuentes ligadas a la investigación expresaron que el personal de Cibercrimen iniciará hoy el relevamiento de imágenes de las cámaras de seguridad que detectaron en la reconstrucción del recorrido que habría hecho la joven desde una parada de colectivos, sobre la avenida Mitre, hasta el lugar del hecho.
Hasta ayer a la noche se trabajaba en tratar de ubicar, mediante su correo electrónico, el teléfono celular que al momento del ataque manipulaba la universitaria, aparato que al parecer fue sustraído por sus agresores.
Las mismas fuentes consultadas añadieron que las personas demoradas fueron puestas en libertad por la Justicia, ya que no había elementos que los comprometan con el hecho, al menos por ahora. Es decir, no hay sospechosos presos al momento.
Más allá del robo, los estudios ginecológicos detectaron en su zona íntima una pequeña laceración sangrante compatible con penetración forzada, por lo que cobró preponderancia la hipótesis del ataque con fines sexuales.
Por su estado la víctima no recuerda qué pasó, por lo que preventivamente se le suministró el kit de profilaxis para casos de violaciones y en paralelo los peritos forenses tomaron muestras mediante hisopados vaginales y perianales que serán analizados para confirmar o descartar la presencia de rastros genéticos de sus atacantes. Eso posiblemente se conocería en el transcurso de esta jornada o mañana.
En esa línea están en estudio las muestras de sangre y vómito que fueron levantados de la escena donde sucedió todo. El resultado puede orientar la búsqueda de los sospechosos cuyo rastreo en el barrio está a cargo de los hombres del Comando Uno, de la Dirección de Investigaciones Complejas y Unidades Especiales de la Policía de Misiones.
La causa está en manos del titular del Juzgado de Instrucción Seis, Ricardo Balor, quien en breve tendrá en sus manos el sumario y más allá de caratularla, podrá ordenar otras medidas que considere necesarias.
Minutos de terror
La víctima tiene 23 años y es alumna de la Facultad de Ciencias Económicas. Se presume que entre dos o tres hombres la golpearon salvajemente para poder cometer el abuso mientras ella caminaba por la calle Líbano -entre Pedro Méndez y Rebollo- del barrio El Palomar hacia el departamento de una compañera de facultad.
La secuencia se inició alrededor de las 23.30. Se había bajado de un colectivo urbano y caminó un par de cuadras hasta que a la altura del 2800 fue abordada. Por lo que contó a los policías que la asistieron, luego de forcejear corrió hasta la casa ubicada al 2852, la única de la cuadra que tiene un muro a media altura y rejas bajas, por lo que ingresó a la galería pero los sujetos la siguieron, sin dejar de agredirla físicamente. En ese contexto su cabeza fue impactada contra el cemento y se supone habría ocurrido la ataque que lesionó sus partes íntimas y potenció la sospecha de abuso.
No precisó si estaban armados, pero en medio de eso, sus gritos despertaron a la dueña de casa que ni bien se asomó, observó la sangrienta escena e inmediatamente advirtió a una vecina para que llame a la Policía.