A pesar de que este tema es muy común, muchas veces cuando somos padres primerizos nos coge de sorpresa la noticia de que un amiguito le mordió a nuestro hijo o… ¡que nuestro hijo mordió a un amiguito!
Como muchos temas de crianza es importante saber el por qué de ciertas actitudes, por ejemplo qué hacer al respecto, no solo sobre nuestros hijos sino también nuestra actitud entre padres. Enojarse y atacar a los padres o peor al niño que mordió, no soluciona nada y damos un mal ejemplo.
Cuando entran a la guardería los niños empiezan a socializar pero todavía no tienen ni el lenguaje ni la habilidad para comunicarse como un niño grande. Así que en muchos casos el morder puede ser para conseguir algo que tiene otro niño o llamar la atención.
Cuando se sienten nerviosos también pueden morder, por ejemplo el ser nuevos en la guardería, la llegada de un hermano, situaciones nuevas con las que están aprendiendo a lidiar.
Hay que comprender que a esta edad los niños tienen un manojo de sentimientos, nuevos retos, están creciendo y se les hace difícil manejar tanta información. The Early Childhood and Parenting Collaborative nos explica: “Muchos niños de esta edad todavía no entienden cómo compartir las cosas o que el contacto físico puede causar dolor, y necesitan aprender otras maneras de comunicarse aparte de morder (Claffey, Kucharski y Gratz, 1994).”
Es importante que ante situaciones como esta los padres intentemos no tomarlo a la defensiva; claro, que llegue tu pequeño con una buena mordida nos pone mal ¿no? ¡Hasta nos puede hacer enojar! pero debemos pensar más allá y tener claro que ni nuestro hijo, ni el que mordió, ni ningún niño está libre de “equivocarse”.
Y muy importante, aunque las profes estén siempre cerca ellas no pueden controlar al 100% que no pasen estas cosas. Crianza Natural dice: “Los niños muerden mucho más cuando están al cuidado de otra persona, en grupo o en jardines de infancia que cuando están siempre al cuidado de sus padres.”
Esto no quiere decir que no hay que hacer nada cuando un niño muerde a otro… al contrario,se debe conversar con él y comprender por qué lo hizo y explicarle que no está bien y que hay otras maneras de expresarnos.
Por ejemplo, un día llegué al cole y la profe me contó que Emilia había mordido en la mano a su amiguita Martina porque ella “le había quitado algo”… con mucha calma y cariño le hice “sana sana” a Martina frente a mi hija y le pedí a Emilia que se disculpe con ella porque morder no estaba bien.
Ya en el auto conversé con ella y me explicó su motivo, nuevamente le conté que hay otras maneras de responder en esos casos y que no debemos morder porque lastimamos a los demás. Nunca más ocurrió. Pero lo que más me gustó (por decirlo así jeje) fue que yo le conté a la mamá de Martina lo que había pasado y nos reímos juntas.
Cuando la acción se repite, y peor, cuando nuestro hijo llega mordido dos veces por el mismo niño a casa, creo que es muy comprensible que los papás nos preocupemos y no es para menos pedir al colegio/guardería que se haga algo al respecto para guiar al niño y a sus padres. No porque sea normal debemos aceptar que un niño muerda varias veces a otros, en esos casos existe un problema más profundo que hay que analizar.
Y así mamás, hay muchas actitudes que son muy normales en los niños, en este caso, muchos niños son los que muerden, otros niños son los mordidos y otros nunca lo hacen. Loimportante es siempre reaccionar con calma y acordarnos que son niños pequeñitos que están aprendiendo; y que nosotros tenemos el deber de enseñarles con amor y el buen ejemplo.
