El mercado de pases de la NBA está en llamas. La abundancia de dinero de esta temporada queda expuesta en cada nuevo contrato. Los jugadores exprimen al máximo a las franquicias y sus vínculos se firman en cifras astronómicas. En cuatro días, se alcanzaron los 2.700 millones de dólares.
La temporada 2016/17 significa la entrada en vigencia los nuevos contratos televisivos, acordados en 2014 con Disney (que acapara accionariado de ESPN y ABC) y Turner (TNT), que le proporcionaran a la liga una inyección económica de 24.000 millones de dólares hasta 2024.
En consecuencia, los directivos de la NBA han decidido subir el tope salarial, de 70 a 94 millones de dólares, pero con exenciones que permiten no pagar impuesto de lujo hasta los 113 millones de dólares.
De 54 contratos firmados, seis ya superaron la barrera de los 100 millones en sus nuevos vínculos: Mike Conley, que firmó por 153 millones en Memphis; DeMar DeRozan, por 139 millones en Toronto; Andre Drummond, por 130 millones en Detroit; Bradley Beal, por 128 millones en Washington; Nicolás Batum, por 120 millones en Charlotte. Todas renovaciones por cinco años. El sexto es Al Hoford, que pasó de Atlanta a Boston por 113 millones a cobrar en cuatro temporadas.
Hay jugadores que no han asistido al Juego de las Estrellas y cobrarán mucho más dinero que Stephen Curry, una de las máximas estrellas de la liga, que tiene contrato vigente por 12 millones de dólares al año.
Lo llamativo es que todavía no sellaron sus vínculos las principales figuras, como LeBron James, Dwyane Wade o Dirk Nowitzki, de quienes se espera que suban la vara aún más.