En la cámara más recóndita del sitio que se cree es la tumba de Jesús, un equipo de restauración retiró una capa de mármol por primera vez en siglos en un intento por llegar a la superficie de piedra original donde el cuerpo de Jesús fue depositado.
Muchos historiadores sostienen que la caverna original, identificada un par de siglos después de la muerte de Jesús como su tumba, fue destruida hace años. Pero un arqueólogo que acompaña al equipo de restauración dijo que las pruebas de radar de sondeo terrestre determinaron que las paredes de la caverna en realidad están erguidas –con una altura de 1,8 metros y conectadas a roca firme– detrás de los paneles de mármol de la cámara en el centro de la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén.
“Lo que se descubrió es extraordinario”, declaró Fredrik Hiebert, arqueólogo de National Geographic. Los trabajos forman parte de un proyecto de renovación histórica para reforzar y preservar el edículo, la cámara que aloja la cueva donde la tradición dice que el cuerpo de Jesús fue depositado y donde resucitó. Es la atracción principal de una de las iglesias más viejas del Cristianismo y uno de sus santuarios más importantes.
“Por lo general yo paso mi tiempo en la tumba de Tutankamón –afirmó Hiebert en referencia al sitio donde está sepultado el faraón egipcio–, pero esto es más importante”. National Geographic se asoció con restauradores expertos griegos para documentar las tareas.
La iglesia del Santo Sepulcro es un edificio del siglo XII que descansa sobre restos del siglo IV en la Ciudad Vieja de Jerusalén. La tumba estuvo cubierta por un revestimiento de mármol al menos desde 1555 y probablemente desde siglos antes. National Geographic se asoció con restauradores expertos griegos para filmar los trabajos en curso en el que está considerado el lugar más sagrado para la Cristiandad.
“El revestimiento de mármol de la tumba ha sido retirado, y nos sorprendió por la cantidad de material de relleno debajo de ella –dijo Hiebert–. Será un análisis científico largo, pero finalmente seremos capaces de ver la superficie de la roca original en la que, según la tradición, se colocó el cuerpo de Cristo”.
Según la tradición cristiana, el cuerpo de Jesucristo fue colocado en un nicho excavado en la ladera de una cueva de piedra caliza después de su crucifixión por los romanos en el año 30 o 33. La creencia cristiana dice que Cristo resucitó después de la muerte, y que las mujeres que vinieron a ungir su cuerpo tres días después del entierro informaron de que no había restos presentes.
El edículo fue restaurado por última vez en 1810 después de un incendio, y requería una restauración después de años de exposición a la humedad y al humo de las velas. Una enorme jaula de hierro construida en torno al edículo por las autoridades británicas en 1947 como soporte aún se mantiene, pero no es suficiente.
La exposición del nicho está dando a los investigadores una oportunidad sin precedentes para estudiar la roca original, lo que puede ayudar a comprender mejor no sólo la forma de la cámara de la tumba, sino también la evolución del punto focal de veneración desde que fue identificado por primera vez por Helena, madre del emperador romano Constantino, en el año 326.
“Estamos en el momento crítico para la rehabilitación del edículo”, estimó la investigadora griega Antonia Moropoulou, que dirige el equipo de restauradores de la Universidad Técnica Nacional de Atenas. “Las técnicas que estamos usando para documentar este monumento único permitirán al mundo estudiar nuestros hallazgos como si ellos mismos estuvieran en la tumba de Cristo”, afirmó.