Plutón es un mundo gélido muy alejado del Sol, pero no está muerto. Su superficie helada, con diferentes colores y brillos, es geológicamente activa y sorprendentemente joven, pues se renueva constantemente. Bajo esta cáscara de hielo hay un océano líquido de más de 100 kilómetros de grosor y con un contenido salino del 30 por ciento aproximadamente, similar al del mar Muerto.
Sputnik Planum es el accidente geográfico más conocido de Plutón, una cuenca o depresión que mide unos 900 kilómetros de largo y que fue creada por un impacto, probablemente por un objeto de 200 kilómetros de largo o incluso mayor. Un equipo de científicos defiende esta visión general de Plutón y para demostrar su teoría ha simulado la formación de Sputnik Planum. El estudio ha sido publicado en Geophysical Research Letters.
Los científicos primero han observado la posición de Plutón con respecto a Caronte, su satélite más grande. Ambos objetos siempre se muestran la misma cara debido a un acoplamiento de marea recíproco. Sputnik Planum se encuentra justamente en el eje imaginario que une ambos mundos, lo que sugiere que la cuenca tiene una anomalía de masa positiva, es decir, una masa superior a la masa media característica de la corteza helada de Plutón.
¿Cómo se explica esto? Brandon Johnson, de la Universidad Brown y el principal autor del estudio, explica que la cuenca se formó y después se rellenó parcialmente con hielo de nitrógeno, pero lo que le proporcionó una masa positiva a la cuenca fue el líquido escondido bajo la superficie.
“Hemos descubierto que la producción de una anomalía de masa positiva tiene bastante que ver con el grosor de la capa oceánica y también con la salinidad del océano, pues el contenido de sal afecta a la densidad del agua”, dice Johnson. “Me resulta asombroso pensar que en el Sistema Solar hay un cuerpo muy lejano que todavía podría tener agua líquida”, concluye.