Cuando ocurre esto último, el estreñimiento obliga a realizar un gran esfuerzo, lo que concentra el flujo sanguíneo en el abdomen. Como consecuencia, al cerebro y el corazón les llega menos riego, lo que para personas con problemas del sistema circulatorio puede resultar fatídico. Es como cuando, por ejemplo, al coger un peso excesivo, la sangre se concentra en la zona del tórax y se produce un ictus.
Pero insistimos: ocurre muy excepcionalmente; si estás sano, no temas darlo todo en el WC.