Seguramente uno de los mayores desafíos que enfrenta actualmente la salud pública lo presentan las demencias asociadas con el envejecimiento y, entre ellas, el mal de Alzheimer, ya considerado una epidemia.
Estos trastornos neurodegenerativos prácticamente inexistentes hace algunas décadas afectan a casi 47 millones de personas en el mundo y son desgarradores para los pacientes y sus familias. Sin cura a la vista, podrían triplicar el número de casos para 2050, particularmente en los países de bajos ingresos. En 2015, los costos económicos anuales mundiales originados por estos cuadros ascendieron a 818 mil millones de dólares.
En el país hay 5000 personas de cien años o más y se estima que 500.000, aproximadamente, sufren demencias. El PAMI tiene 5.000.000 de beneficiarios. Para todos ellos y sus cuidadores ayer se lanzó un plan que intentará capacitar, concientizar, prevenir y tratar estas dolencias.
“Por primera vez pudimos juntar a 14 organizaciones diferentes, a profesionales de la salud de hospitales públicos y privados, y a asociaciones de pacientes para discutirlo -cuenta Julián Bustin, jefe de gerontopsiquiatría en Ineco y ahora director del Centro de Investigaciones en Alzheimer y otras demencias del PAMI-. Lo diseñamos junto con 78 personas de distintas especialidades, psiquiatras, neurólogos, terapistas ocupacionales, psicólogos, neuropsicólogos, musicoterapeutas… todos los que están involucrados en el tratamiento, diagnóstico y apoyo de las personas con demencias.”
El “Plan estratégico nacional para un cerebro saludable, enfermedad de Alzheimer y otras demencias 2016-2019” tiene cinco objetivos fundamentales: concientizar a la población, aumentar el conocimiento de los profesionales, aumentar el acceso de los pacientes y familiares a los servicios, investigar y promover un cerebro saludable, y reducir el riesgo.
“Tengo que felicitar a PAMI y al doctor Bustin porque de este modo la Argentina pasa a formar parte de un pequeño club de sólo 28 países que tienen planes para la demencia y el Alzheimer -dijo el doctor Jacobo Mintzer, de la Universidad de Carolina del Sur y la Asociación Internacional de Alzheimer-. Es el proyecto más ambicioso de América latina. Hoy todo el mundo los está mirando.”
“No será fácil. Vamos a vivir con el Alzheimer y las demencias durante largo tiempo, porque la enfermedad se presenta varios años antes de su manifestación -agregó el doctor Yves Joanette, director del World Dementia Council, vía Skype-. Irán progresando paso a paso para que disminuyan y no aumenten.”
Según explica Bustin, entre las acciones previstas en esta estrategia, figura la creación de centros cognitivos en todo el país donde los pacientes con déficit podrán diagnosticarse y tratarse. Además, los médicos de cabecera contarán con un test para evaluar el estado cognitivo. A los que obtengan resultados normales, les indicarán por medio de una receta electrónica a qué centro de jubilados de su zona deberán concurrir para realizar actividades que ayuden a mantener un cerebro saludable. Recibirán estimulación cognitiva, ejercicio físico, asesoramiento sobre nutrición y sueño, y distintos tipos de actividades sociales. En caso de que evidencien trastornos, los médicos tendrán la opción de hacer todos los estudios necesarios para arribar a un diagnóstico o de derivar a esa persona al centro cognitivo. “Allí trabajarán un neurólogo, un psiquiatra o un geriatra especialista en problemas cognitivos, una terapista ocupacional y un neuropsicólogo”, detalla. Aunque hay un presupuesto comprometido, todavía se está discutiendo la cifra que se asignará para este proyecto, que también incluye cuatro “centros de día”, uno en Capital, otro en Gran Buenos Aires y dos en otras provincias.
“Sabemos que el plan es limitado por los recursos que tenemos disponibles -destaca Bustin-. Está pensado para avanzar hasta 2019 y cada año vamos a medir si las propuestas se están cumpliendo.”
Con respecto a los cuidadores, la idea es trabajar con la Asociación de Lucha contra el Mal de Alzheimer (ALMA) y con la defensoría del adulto mayor para formar personal capacitado en esas tareas.
“Este plan lo hicimos entre todos, deponiendo nuestro ego y trabajando por el bien común -dijo Facundo Manes, asesor científico ad honorem de la iniciativa-. Demostramos que la inteligencia colectiva es mucho más que la suma de las partes.”
Por su parte, el titular del PAMI, Carlos Regazzoni, subrayó que “si la sociedad no asume la problemática, esto no tiene solución. Tenemos que llevar lo mejor donde más se lo necesite. Este plan tiene que recorrer el país”.
También estuvo presente Norma Aleandro, que en el film El hijo de la noviaprotagoniza a una mujer con Alzheimer. “Estoy orgullosa de lo que está sucediendo -afirmó-. Es sacar de las sombras a la enfermedad, entender a las familias.”
Carlos Mangone, uno de los pioneros en el estudio de estas dolencias en el país, opinó que la iniciativa es “importante”.
“El futuro del Alzheimer es la prevención -añadió Mintzer-. No hace mucho descubrimos que es posible diagnosticarlo con bastante certeza 15 años antes de que se manifieste a partir de imágenes cerebrales y el análisis de una muestra de líquido céfalorraquídeo. Sabemos que con 150 minutos semanales de actividad física y 90 minutos de trabajo con pesas livianas se pueden disminuir las limitaciones cognitivas. No sabemos si vamos a prevenir el Alzheimer, pero sí que mejoran las funciones normales del adulto mayor. En Carolina del Sur hicimos un estudio que siguió a los sujetos por 40 años y vimos que la resistencia a la insulina es uno de los factores que más contribuye al riesgo aumentado de enfermedad de Alzheimer. Hoy, los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos están ensayando el uso de insulina a través de la nariz para el tratamiento. Va directamente al cerebro y además es un neurotransmisor cerebral. Creemos que podemos afectar de manera positiva el funcionamiento del cerebro. Ver un plan nacional que habla de prevención y de salud cerebral es un gran paso adelante. Estamos todos mirando cómo se puede implementar y aprender de esta prueba.”
Nora Bär