Las empresas nacionales que proveyeron las netbooks para el plan Conectar Igualdad acumularon ganancias extraordinarias a costa del Estado nacional, que rondarían entre los 500 y 700 millones de dólares durante los últimos años, según surge de documentos oficiales y privados, y los testimonios de actuales y ex funcionarios, operadores y empresarios consultados por La Nación.
Esas ganancias extraordinarias fueron a parar a las cuentas de un puñado de empresas nacionales dedicadas a ensamblar componentes importados y de fabricación nacional en Tierra del Fuego y otros puntos del país, pero que actuaron de manera cartelizada y que durante años le cobraron a la Anses entre 120 y 140 dólares de más por cada netbook que entregaron a los alumnos beneficiados.
A pesar de esos sobreprecios, sin embargo, el Ministerio de Educación volverá a comprarles netbooks a esas empresas. Para eso ultiman los detalles de la próxima licitación, que se lanzaría durante la segunda quincena de este mes. Repartirá un piso de 500.000 unidades entre los alumnos de las escuelas públicas durante este año.
¿Cómo y por qué admitieron esas empresas nacionales sus sobreprecios? Lo hicieron de manera tácita durante 2016, al presentarse a una nueva licitación para proveer las netbooks. Primero mantuvieron sus valores históricos y cotizaron entre 8100 y 8600 pesos (entre 500 y 535 dólares) cada computadora. Pero, tras un reclamo del equipo del ministro Bullrich, redujeron sus precios a entre 6360 y 6575 pesos (entre 395 y 419 dólares) cada una.
¿Por qué? Porque tras recibir una advertencia desde el Gobierno de que estaba evaluando abrir el negocio a las grandes marcas internacionales -que importarían sus computadoras de China-, las locales bajaron aún más sus precios. Acordaron cotizar cada netbook cerca de los 240 dólares, según fuentes del Gobierno.
Desde las empresas niegan que esa diferencia de precios responda a “sobreprecios”. Ante la consulta de LA NACION, atribuyeron los diferentes valores a los cambios tributarios, las diferencias en el valor del dólar y otras medidas que dispuso el Gobierno desde diciembre de 2015.
“La diferencia entre el valor anterior y el actual es cercana a los 200 dólares, pero no es correcto hablar de «sobreprecio». Ahora el Gobierno está pidiendo un producto más básico y con menos servicios y garantías”, indicó Carlos Scimone, gerente de la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (Camoca).
Ese planteo es negado por el Gobierno, pero compartido por la otra entidad que agrupa a las empresas del sector, la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte). “Antes pedían ciertos requisitos en las máquinas, que ahora no piden”, indicó la responsable de Relaciones Institucionales, Carla Goglia (de lo que se informa por separado).
En el Gobierno ofrecen otros números. Sostienen que la primera cotización de las firmas locales rondó los US$ 480 y la tercera y última los US$ 240, lo que implica una diferencia entre ambas de US$ 240. De allí, US$ 65 corresponden a impuestos, otros US$ 20 al valor de ciertas partes nacionales, US$ 15 más al riesgo cambiario y US$ 25 al valor de una garantía que ahora se cobra por separado. Total: US$ 125 dólares, por lo que resta justificar otros US$ 115 dólares que hasta ahora las ensambladoras sí cobraban.
¿Cartelización?
Esas empresas también acumulan sospechas de diversas maniobras ilícitas, según surge de los registros oficiales que analizó LA NACION -conseguidos en parte durante los últimos meses tras obtener las respuestas a varios pedidos de acceso a la información pública presentados ante la Anses-. Entre otras, la cartelización.
El primer indicio de ese presunto acuerdo de cotizaciones se registró en la licitación pública 09/13, en la que también participaron las firmas NEC, Exo SA y Air Computers SRL. Todas las firmas cotizaron a entre $ 2617 y $ 2690 por unidad, con una oscilación de $ 73 (o 2,8%) entre la más elevada y la más baja.
Lejos de tratarse de una casualidad única y singular, la misma sintonía de precios se repitió en la licitación 03/2014, según reveló entonces el portal Eliminando Variables.
Y se repitió desde entonces, incluido a mediados de 2016, cuando las empresas cotizaron sus netbooks entre $ 8100 y $ 8600 cada una (entre US$ 500 y US$ 535), luego redujeron todas sus precios entre 20 y 23 por ciento. Para luego volver a bajar sus precios, todos en sintonía otra vez, tras la advertencia oficial.
Ni desde Camoca ni desde Afarte niegan la cartelización, pero sí los sobreprecios. Por el contrario, se negaron a responder la consulta o se limitaron a decir que no podían “ni confirmarla ni desmentirla”.
Ahora, y pese a las sospechas de sobreprecios y cartelización, el gobierno de Mauricio Macri optó por mantener a esas proveedoras nacionales durante 2017. Espera que darles el 10% del negocio a los proveedores extranjeros forzará a los locales a bajar aún más sus precios. Eso está por verse.
Por: Hugo Alconada Mon