Néstor Pitana no fue un protagonista secundario en la final del Mundial. El árbitro argentino fue protagonista de un polémico penal que le otorgó a Francia cuando el partido estaba empatado 1-1.
Corría el minuto 37 cuando tras un corner, Ivan Perisic desvió con la mano el remate. El árbitro tuvo que apoyarse en el VAR para determinar si había sido adrede o si la jugada había sido casual. Después de varios minutos, y previa consulta con el equipo de árbitros que revisan las jugadas con ayuda de la tecnología, el árbitro argentino decretó el penal, pese a la protesta de los jugadores croatas.
Griezmann se paró ante la pelota y acaricó el remate al palo derecho del arquero Danijel Subasic, que nada pudo hacer, para poner el encuentro 2-1.