Del amor hacia el amor. El compartir instantes únicos, emotivos, angustiantes, de empatía, aprendizaje e inclusión concibió un proyecto independiente, convertido en fundación hace dos años. Victoria Ferreyra es la madre de la criatura, la responsable de una iniciativa de escalas internacionales que aboga por un mundo mejor y con igualdad de oportunidades. Su ascendencia es contrastable a sus efectos.
“Me estaba mudando por onceava vez. Me vino a visitar mi mamá con Beba a Palermo, donde yo vivo ahora. Mientras tomaba mates y desarmaba cajas, Beba ya se había pintado tres dibujos. Y con algo de ironía le digo: ‘Te vas a pintar el mundo si seguís dibujando’. Ella me dijo: ‘Sí, yo pinta Argentina, colores del alma'”. Beba es María de los Ángeles Ferreyra, 30 años, de Caseros, Provincia de Buenos Aires, hermana menor de una familia de once hermanos, artista plástica con síndrome de down y la inspiradora de “Pinta Argentina”, la razón de ser de su hermana Victoria.
“Ese fue el click fundamental para que empezara el proyecto hoy, no mañana. Elegimos murales y lo pictórico porque los colores ayudan y es lo que más tiene presente el ser humano, el sentido visual”, resumió la Directora Fundadora.
“Pinta Argentina, colores del alma”. Bastaron cinco palabras para darle forma y envión a un “proyecto internacional sociocultural por la inclusión, integración e igualdad de oportunidades de todas las personas”, tal como reza su página de Facebook. Su motor es canalizar a través de la cultura y los lenguajes universales –arte, música, educación, deporte, políticas sociales– sensibilizar y movilizar a la sociedad a adoptar una postura abierta, cooperativa y comprensiva a temáticas de inclusión e integración social a personas con y sin discapacidad. Victoria se limita a hablar de personas, en la más amplia generalización.
Se posiciona como un agente promotor contra los estereotipos discriminatorios. El itinerario de “Pinta Argentina” ya registra más de 300 reuniones culturales realizadas en la región latinoamericana. El carácter universal del arte y la figuración pintoresca y ambiciosa de su propuesta repercutió en Cuba, México y la llevó visitar el mismísimo Vaticano. En su encuentro con el Papa Francisco -resultado de una gestión desinteresada de un colaborador-, Victoria aprovechó para presentarle un adelanto del libro “Colores del Alma”, un material que se reparte en cinco ejes: salud, cultura, deporte, música y arte. El proyecto, que también incorpora un documental, fue una realización de alumnos de la Facultad de Diseño de la UBA.
Con la convocatoria de educadores, artistas, personajes del espectáculo y autoridades políticas aspiran exponer, hacer visible una problemática social. La promoción de espacios de reflexión mediante los cuales las personas -todas- conformen de modo activo el desarrollo cultural de una comunidad es el objetivo medular de esta iniciativa inclusiva. Alentar a las poblaciones a firmar un pacto de compromiso tácito de integración profunda, responsable, en el que la igualdad de oportunidades es la esencia.
Los cientos de murales, de encuentros, de convenciones, de pinturas que se acumularon desde el nacimiento de Pinta Argentina surgieron desde la fuerza de voluntad de Beba: “Ver su fortaleza, su templanza, su alegría, sus capacidades, cómo con un lenguaje universal se hizo entender, demostró lo que sentía a través de sus dibujos. Todo eso fue muy valioso para mí”. Un movimiento que nace y vive en el amor.