La distancia no importa. Las esposas le llegarán tarde o temprano a Jonathan Fabbro, en la calle, en el vestuario de su club, o en la puerta de su casa, bajo una de las acusaciones más atroces posibles: abusar de una niña de su propia familia, hoy de 11 años de edad, con quien Fabbro tiene un lazo directo, un delito calificado como abuso reiterado y agravado por vínculo en concurso ideal con corrupción de menores, penado con hasta 20 años de cárcel. El último jueves, el doctor Santiago Quian Zavalía, titular del Juzgado de Instrucción N°32, envió al Departamento Interpol de la Policía Federal la orden expresa de arrestar nacional e internacionalmente al futbolista, pareja de la modelo Larissa Riquelme, ex River y Boca, ex jugador de la Selección paraguaya y hoy en el plantel del Lobos BUAP de Puebla, México, para que sea indagado tras su extradición a la Argentina.
La PFA, por su parte, ya pidió colaboración a Interpol México para lograr el arresto con la emisión de la correspondiente circular roja para prófugos globales, según confirmaron fuentes cercanas al expediente a Infobae. Quian Zavalía considera que hay un claro riesgo de fuga y que Fabbro es capaz de entorpecer el proceso en su contra, lo que en sus cálculos justifica la orden de arresto: el juez autorizó expresamente al firmar el pedido que la circular roja del futbolista sea publicada en el sitio web de Interpol, la cara de Fabbro estará online junto a las caras de hombres buscados en todo el planeta por delitos como terrorismo y narcotráfico.
El pedido de captura llega después de una tormenta judicial que creció durante meses. La investigación contra el jugador comenzó en abril de este año tras una denuncia formulada por la madre de la menor en la Comisaría N°52 en Villa Lugano, luego de que la niña se quebrara y contara los presuntos abusos; Fabbro, de acuerdo al relato de la menor, la habría forzado a practicarle sexo oral para eyacularle en la boca, tocándole los pechos, en el auto del futbolista o en la casa de la abuela de la niña. “Yo me dejé, le dije a todo que sí, cuando me besa, como si fuera mi novio, porque tenía miedo a que me hicieran algo pasaron esas cosas. La última vez me tocó las tetas y le dije que no se pase. Me daba semen y lo escupía, me daba besos y me tocaba la vagina“, aseveró la joven, en boca de su propia madre. Los ataques habrían comenzado cuando la niña tenía tan solo seis años.
Quian Zavalía no solo valoró el relato de la víctima, primero repetido por la madre, para pedir el arresto de Fabbro: también consideró fuertemente en su análisis varias capturas de pantalla de conversaciones de Whatsapp entre la niña y el ex River que son parte del expediente. En la conversación, el futbolista le pide a la menor que le envíe fotos de manera insistente, en un tono muy llamativo.
La niña declaró ante una psicóloga en una cámara Gesell del Cuerpo Médico Forense a comienzos de septiembre último. Escribió parte de su relato. También, graficó con muñecos los supuestos abusos cometidos por su padrino. La psicóloga luego determinó que el relato fue verosímil. La niña no solo no fabuló en sus dichos de acuerdo a su análisis presentado ante el Juzgado N°32: también presentó síntomas cognitivos y emocionales que son compatibles con un abuso sexual. El doctor Gastón Marano, especialista en derecho internacional y abogado querellante en la causa que representa a la madre de la menor, ya había pedido el arresto de Fabbro en julio pasado, algo que el juez rechazó. La declaración ante la psicóloga cambió el panorama del expediente.
El relato en cámara Gesell no es el único hecho por la menor que consta en el expediente. El hermano mayor de la niña, que luego declaró en la causa como testigo, aportó un audio de más de 10 minutos en donde ella cuenta los supuestos abusos sufridos en detalle. También se incluyó un informe elaborado por la Brigada Móvil de Atención a Víctimas de Violencia Sexual.
Lo cierto es que la causa por abuso que tramita en el Juzgado N°32 no es la única que Fabbro tiene en su contra. A comienzos del mes pasado, el mediocampista fue denunciado nuevamente en la Fiscalía Barrial N°2 de Asunción, Paraguay -país en donde Fabbro tiene nacionalidad y documento-, a cargo de la doctora Carla Rojas. Los ataques habrían ocurrido hace dos años. La presunta víctima: otra niña, no una familiar del futbolista, sino parte del entorno más directo de su pareja, Larissa Riquelme.