Las pulgas son unos parásitos pequeños sin alas pero con seis patas, el último par más desarrollado para facilitarle el salto hacia su víctima. Se alimentan de la sangre de su víctima, por lo que la succionará hasta conseguir toda la que desee. Mientras haya sangre suficiente, la pulga tendrá un hogar.
Se pegan en el pelo o la piel del animal, normalmente en el dorso, lomos y abdomen. En los cachorros se verán especialmente en cabeza, orejas y cuello.
Las pulgas pueden provocar irritación, picaduras y pérdida de sangre en nuestras mascotas. Estas también actúan como transmisoras de enfermedades entre las personas y los perros. Su saliva es la que hace que muchos canes tengan alergia a estos seres. Esta es conocida como Dermatitis alérgica por picadura de pulga.
¿Qué es la alergia a las pulgas o Dermatitis alérgica por picadura de pulga?
Es una alergia ocasionada por la saliva de la pulga que crea picor extremo, irritación, hinchazón y hace que el perro se rasque, lama e incluso muerda la zona afectada. Además, también podría caérsele el pelo.
Esta alergia se presenta especialmente en partes de cuerpo como el comienzo de la cola, el abdomen, los muslos y la región inguinal.
Para aquellos perros que presentan alergia a las pulgas, algo que se podrá notar también en el enrojecimiento excesivo de la piel. Se deben extremar los cuidados y la prevención de estas.
Cómo prevenir cuando mi perro tiene alergia a las pulgas
Dicen que una buena defensa es un buen ataque. Por eso atacar a las pulgas antes de que lleguen será nuestra mejor baza para luchar contra ellas y cuidar de nuestra mascota preservando la salud.
Aunque son muchos los productos antiparasitarios, estos contienen un alto nivel de químicos y podrían dañar el pelo o la piel de nuestra mascota. Aunque siempre se pueden conseguir algunos menos nocivos, no será suficiente. Debemos evitar que vengan a casa también.
Para ello existen distintos remedios caseros que pueden ahuyentarlas. También no exponer a nuestro perro a diferentes situaciones o, al menos, protegerlo antes de hacerlo.
Luz y agua. Esto deberás hacerlo durante unos días, pero te aseguramos que merecerá la pena. Pon agua en un recipiente con un poco de lavaplatos, pero intentando no hacer espuma. Luego pon el recipiente bajo una lámpara y déjalo toda la noche con la luz encendida. Al levantarte verás que hay muchas pulgas y el número irá disminuyendo conforme pasen los días dejando claro que se han ido. Esto ocurre porque las pulgas adoran la luz, y cuando vayan hacia ella saltarán al cubo, pues es donde mayor será el reflejo de esta.
Zumo de limón. Este es un olor y sabor que ellas odian. Por tanto la forma más efectiva, sencilla y rápida de conseguir que lleguen hasta él es añadiendo el zumo de dos o tres limones en el cubo de fregar con el agua y fregasuelos original. Eso sí, antes de que lo pienses, no se te ocurra aplicarlo sobre la piel de tu mascota.
Poleo menta. Solo deberás poner bolsitas de poleo escondidas por las casa y será suficiente para que las pulgas se vayan.
Lavanda y vinagre. Un vaso de vinagre y 40 gotas de lavanda diluidas en un cubo de agua. Después de fregar tu casa, pasa de nuevo con esta mezcla. Todas las pulgas que estén por tu casa morirán o al menos se quedarán bobas. Lo mejor es pasar el aspirados después para fulminarlas por completo.