Pavón renovó con Boca con una cláusula millonaria

El delantero prolongó su vínculo con Boca hasta 2020, con un precio récord en caso de su salida del club; no jugará este jueves en Quito por la Copa Libertadores porque debe cumplir una fecha de suspensión

El delantero Cristian Pavón, de 20 años, renovó su vínculo con Boca Juniors hasta 2020 y con la firma del contrato se definió una cláusula de salida de 18 millones de euros, una cifra récord para el fútbol argentino en cuanto a ese tipo de pautas.

Fuentes allegadas al club xeneize confirmaron a Télam que Boca se aseguró un punto de tranquilidad con el jugador cordobés, quien la semana pasada había reclamado la renovación (aunque aún tenía un año y medio más de vínculo) y una mejora en sus ingresos. Si bien Boca no informó que haya recibido alguna oferta oficial por el futbolista, trascendió que son varios los clubes europeos y los empresarios que están interesados en el joven nacido en Anisacate el 21 de enero de 1996.

Pavón llegó a Boca a mediados de 2014 procedente de Talleres de Córdoba, donde surgió, y su pase le costó al club de la Ribera 1,3 millón de dólares. De inmediato fue cedido a préstamo a Colón de Santa Fe, como parte de la operación de llegada de Marcelo Meli a Boca, y regresó al club en enero de 2015 por pedido del entonces entrenador Rodolfo Arruabarrena, quien le dio rodaje en el primer semestre de ese año (le convirtió un memorable gol a River en La Bombonera) y después dejó de tenerlo en cuenta.

Con la llegada de Guillermo Barros Schelotto a la conducción técnica en marzo de este año, Pavón volvió a los primeros planos hasta consolidarse como titular en la Copa Libertadores con muy buenas actuaciones, al punto de ser el autor del gol del empate ante Nacional de Montevideo en el partido de vuelta que terminó con la clasificación por penales del equipo a las semifinales. El delantero no estará este jueves ante Independiente del Valle en Quito porque debe cumplir una fecha de suspensión dispuesta por la Conmebol, debido a que fue expulsado por sacarse la camiseta en el festejo, cuando ya tenía tarjeta amarilla.