Los especialistas recomiendan que las siguientes pruebas las realices cuando el gato tiene pocos meses, de lo contrario será más difícil entrenarlo, aunque no imposible.
1. ¡A rodar la pelota!
A los gatos les atrae mucho el movimiento. Haz rodar una pelota pequeña frente a tu gato y observa cómo reacciona. Si tarda en hacerlo, puede estar expresando miedo o una gran indiferencia al movimiento exterior, esto significa que tal vez esté estresado o sea inseguro.
Si observas que continuamente se esconde o manifiesta una gran indiferencia cuando avientas una pelota, es importante que lo lleves a un veterinario, porque puede ser que sus reflejos no estén reaccionando adecuadamente o que tenga algún problema con alguno de sus sentidos.
2. ¿Curioso o miedoso?
Aplaude fuertemente y observa cómo reacciona. Si notas que actúa con curiosidad y mantiene la calma, esto significa que tu gatito ha crecido en un entorno íntegro y estimulante.
Por el contrario, si el gatito huye, lo más recomendable es que poco a poco comiences a exponerlo a los ruidos de la vida diaria para que, de esta manera, se acostumbre a los ruidos de tu hogar.
3. ¿Qué tan sociable es tu minino?
Lo más importante de cada una de estas pruebas es la observación. Mira a tu gatito a distancia. Si cuando llegas a casa corre a jugar con tus agujetas, se te avienta a la pierna o se frota en ti, esto quiere decir que tu gato se ha relacionado de manera correcta con los humanos y le gusta ser sociable.
Si tu gato es nervioso e intenta huir cuando te acercas a él, es probable que no esté acostumbrado al trato humano o tal vez tiene una personalidad más tímida. Esta fase es muy importante, ya que si no logras que tu gato confíe y se acerque a ti, debes empezar de cero, proporcionándole juguetes y jugando mucho con tu gatito.
Debes de considerar que la paciencia es muy importante en gatos tímidos. Bríndale su espacio, no lo presiones y verás cómo se sentirá más cómodo para convivir contigo.
4. Prueba de dominio
Si tu gato permite que acaricies su abdomen mientras está acostado sobre sus espalda, esto quiere decir que ha asimilado perfectamente tu autoridad maternal, será un gato dócil y de buen carácter. Si a menudo lucha o intenta rasguñarte fuerte, no ha aceptado esa convivencia contigo y no le gusta que te acerques demasiado a él, esto puede provocar reacciones inesperadas como morderte mientras lo acaricias. Debes tener paciencia con todas las reacciones de tu gato.
Recuerda que lo más importante es observarlo, ser tolerante y jugar mucho con él para que, poco a poco, tenga más confianza en ti y sea un gatito seguro.