Paisajes, gastronomía, arquitectura, cultura… Viajamos por el mundo ávidos por descubrir pueblos y ciudades que nos sorprendan y, sin embargo, en esta búsqueda, con frecuencia, son los detalles los que logran captar nuestra atención.
Tradicionalmente, mujeres y hombres se han cubierto la cabeza con sombreros de lo más variado. Los hay de todo tipo: de ala ancha, cónicos, de piel, de lana, de fieltro, elegantes, originales. Sin duda, los atuendos que más llaman la atención suelen ser los de tierras lejanas, cuyo exotismo invita a hacer volar la imaginación. Por esto, aquí proponemos un recorrido de continente en continente y de sombrero en sombrero.
Non lá (Vietnam). El tradicional sombrero cónico y de paja es todo un icono del país.
Usado tradicionalmente por mujeres en los trabajos del campo -el de los hombres difiere en cuanto a la forma-, el non lá es un gran aliado contra el calor, el sol y la lluvia típicos del clima tropical, aunque en la actualidad podemos ver que cada vez más lo utilizan personas de ambos sexos y en distintos contextos.
Topi (Nepal). Este gorro nepalí se fabrica en pequeños telares manuales domésticos, utilizando la daca, una tela de algodón muy apreciada y tejida con numerosos patrones y colores.
El topi (o topi daca) es un complemento del traje tradicional del país, aunque hoy también se utiliza con vestimenta occidental. Es un souvenir típico para los turistas.
Bombín (Bolivia). Todo un símbolo de distinción, este sombrero con forma de hongo es utilizado por las cholitas bolivianas, las mujeres que con él cubren su cabello recogido en dos largas trenzas.
Es conocido como Borsalino -el nombre de la fábrica italiana de origen- y fue introducido en el país a principios del siglo pasado.
Chullo (Perú). De vivo colorido y tejido en alpaca y otras fibras, el chullo peruano es uno de los accesorios preferidas de los viajeros que visitan Perú. Se trata de un gorro hecho a mano, de forma artesanal, con ojeras, originario de la zona andina, que permite cubrirse del frío y del viento.
Las figuras -letras, colores o símbolos- plasmados son expresiones que se utilizan para dar a conocer el origen del pueblo de quien lo confeccionó.
Chupalla (Chile). La chupalla es el sombrero típico de los huasos, los vaqueros chilenos. Tejido con paja trenzada de trigo, es el complemento que durante siglos les permitió protegerse del sol.
Chillan, Linares y Colchagua son las zonas del país más famosas por la elaboración de este tipo de accesorio.
Panamá (Ecuador). Aunque erróneamente suele asociarse con el país de Panamá, en realidad este sombrero es originario de Ecuador, de donde fue importado masivamente para proteger del sol a los miles de obreros que trabajaban en la construcción del canal.
El típico sombrero es de paja toquilla, blanco y beige, aunque podemos encontrar ejemplares de cualquier color fácilmente.
Charro (México). El sombrero de charro es, sin duda alguna, el souvenir mexicano por excelencia. Fabricado en paja, fieltro de lana o pelo de liebre, según la zona, ha tenido tradicionalmente múltiples usos.
Además de proteger del sol, resguarda del viento, del polvo o de la lluvia, sirve para atizar el fuego, e incluso protege de posibles ataques… Los encontraremos en cualquier lugar -incluso más allá de las fronteras de México-, de cualquier color y fabricados con materiales muy económicos.
Gorro rastafari (Jamaica). El gorro rastafari es un auténtico ícono jamaicano. Tejido en rojo, amarillo y verde, los colores de la bandera de Etiopía -considerada por los seguidores del movimiento como la tierra prometida– resulta inconfundible.
El cantante Bob Marley, fallecido en 1981, fue uno de los precursores de una filosofía y un estilo de vida que promueve la supremacía negra y las raíces africanas.
Scout (Canadá). Aunque no es exclusivo de Canadá, el sombrero mountie, conocido también como scout o cuatro bollos, es un complemento de color marrón y de ala ancha, con dos pares de alteraciones curvas en la corona.
Fabricado en fieltro, este sombrero de campaña distingue a algunos ejércitos o policías como la Policía Montada del Canadá, a cuya imagen quedó asociado.
Gorro de piel de mapache (Tennessee, Estados Unidos). Los orígenes del coonskin cap o gorro de piel de mapache son lejanos y se remontan a los nativos norteamericanos.
La prenda fue adoptada como abrigo por los europeos al llegar a las áreas de Tennessee y Kentucky y desde entonces, su imagen se asoció a la de los colonos.
Kufi (Kenia). Popular en numerosos países africanos y especialmente en Kenia, el kufi forma parte de la indumentaria tradicional.
Este pequeño gorrito confeccionado en tejido suele tener pequeños agujeros que facilitan la aireación. En muchas comunidades lo utilizan personas de cierta edad, como símbolo de autoridad.
Tarbush o fez (Marruecos). De forma cónica, sin alas y con una parte superior plana, los orígenes de este tocado se remontan al siglo XVII, cuando los musulmanes andaluces de la ciudad de Fez lo adoptaron como complemento de moda para la alta sociedad.
En la actualidad es un auténtico ícono de los países del norte de África.
Sombrero de corchos (Australia). En las antípodas encontramos un sombrero original como pocos, el cork hat, el sombrero de corchos australiano, ideal para protegerse de las moscas y otros insectos que abundan en aquellos parajes.
Aunque la forma y el tejido pueden variar, la fórmula siembre es la misma: cuenta con distintas tiras de hilos de los que cuelgan corchos ligeros que con el movimiento de la cabeza permiten ahuyentar a voladores impertinentes.
Beret (Francia). Ya en el continente europeo, Francia, sin duda, saluda con el beret, clásica boina de lana, algodón o fibra, originalmente tejida a mano, convertida casi en un símbolo del país.
En la actualidad su uso ya no es tan extendido, pero se incorporó como un complemento de moda made in France.
Gondolero (Italia). Pieza fundamental del uniforme de trabajo de los gondoleros y de los oficiales de marina italianos a finales del siglo XIX, este sombrero de corona plana se ha convertido en un fenómeno social, traspasando fronteras.
Colegiales de Oxford, inmigrantes italianos llegados a los Estados Unidos, o personajes de la alta costura como Coco Chanel adoptaron en su momento un complemento que se encuentra en pleno auge.
Deerstalker (Inglaterra). Popularizada en todo el mundo por Arthur Conan Doyle gracias al mítico personaje de sus novelas, Sherlock Holmes, el uso de esta pieza, conocida como cervadora, es frecuente en las cacerías sobre todo de ciervos.
Confeccionada en lana, la deerstalker se ha convertido en una pieza perfecta para las frías jornadas de invierno al aire libre.
Tirolés (Austria). El popular sombrero tirolés es denominado también bávaro o alpino, ya que es propio de esta zona centroeuropea.
Está confeccionada con fieltro verde, cuenta con cordón alrededor y, como elemento decorativo imprescindible, luce una pluma. El cepillo que lo adorna es de cola de gamuza.
Newsboy cap (Irlanda). Famosa y presente en numerosas películas con Irlanda como telón de fondo, esta gorra fue muy habitual en Europa y Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios de XX.
Era utilizada tanto por niños como por adultos, sobre todo de clases populares. En la primera década de este siglo, la newsboy cap volvió a resurgir como complemento de moda.
Ushanka (Rusia). El ushanka es el gorro de piel de orejeras flexibles más popular del mundo, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, cuando fue adoptado de los mongoles.
Popularmente conocido como gorro ruso, es usado para soportar temperaturas extremas ya que su diseño permite mantener al resguardo del frío tanto la barbilla como las orejas. Suele ser uno de los souvenirs más recurrentes al viajar al país.