Después de despedirse de Chile, el Papa Francisco aterrizó en Perú ayer para continuar su gira de América Latina. En su agenda de hoy, el pontífice centrará sus actividades en Puerto Maldonado. Uno de sus encuentros más importantes es la reunión con los indígenas de la selva peruana, en el Coliseo Regional.
Más de 3500 personas provenientes de Perú, Brasil y Bolivia lo recibieron con danzas típicas y emoción. Las comunidades esperan que el pontífice haga referencia a los problemas de la zona, como la tala ilegal de árboles, la minería al margen de la ley y la postergación de los pueblos nativos.
Un arco y flecha será el regalo simbólico que le entregarán, a fin de que los defienda y reclame por ellos las tierras ancestrales que les arrebataron.
La tribu Ese Eja Palma Real es una comunidad de 230 habitantes, a la que se accede después de dos horas en barco por la selva amazónica.
Este acto supone “una histórica reconciliación con las comunidades indígenas del Amazonas”, aseguró Edwin Vásquez, un líder indígena que viajó a Puerto Maldonado especialmente para escuchar al Papa.
El viaje de Francisco se dio en un momento en que la expansión de la fiebre del oro y la agricultura, además de las nuevas rutas y presas, convirtieron miles de hectáreas de exuberantes bosques verdes en páramos contaminados.
El pontífice ya pidió antes a los líderes mundiales que protejan el Amazonas, presentándolo como uno de los “pulmones del planeta”. Este es uno de los temas que esperan que retome durante su discurso de hoy.
Según la Conferencia Episcopal Peruana, luego almorzará con algunos de ellos. También, visitará al “Hogar Principito” y tendrá un encuentro con estudiantes del Instituto Jorge Basadre.