Después de algunas semanas de negociaciones, el Programa de Asistencia Médica Integral (PAMI) terminó un nuevo acuerdo con los laboratorios para que la obra social no tenga que abonar los medicamentos autorizados pero que sus afiliados nunca retiraban de la farmacia, lo que le ocasionaba un gasto de 100 millones de pesos mensuales en medicamentos que luego se destruían. En una entrevista con Télam, el nuevo titular de la obra social de los jubilados, Sergio Cassinotti, explicó el nuevo mecanismo.
“PAMI abona el medicamento en el momento que el laboratorio lo envía a la droguería y la farmacia. Pero después muchas veces ese medicamento no se retira de la farmacia. Porque el paciente cambió el tratamiento, falleció o se mudó. La farmacia tenía obligación de destruir esa medicación no retirada, pero PAMI ya la había abonado, y además se prestaba maniobras que podían implicar revender medicamentos vencidos o con su cadena de frío rota”, sostuvo el funcionario a esta agencia.
“Eran más de 100 millones de pesos mensuales en medicamentos pagados pero no retirados”, aclaró. Y explicó que el nuevo convenio, que aceptó la industria farmaceútica, implica que PAMI ya no pague por ese material que no se retira de la farmacia. “El acuerdo se cerró, ahora tenemos 30 días para definir el circuito de ese medicamento y que comience a funcionar”, indicó Cassinotti.
Considerada un gigante en toda Latinoamérica por sus proporciones, PAMI tiene 4.980.000 beneficiarios, en su mayoría adultos mayores (sobre todo mujeres), aunque también incluye 180.000 jóvenes, la mayor parte de ellos con alguna discapacidad.
Por Laura Capriata