Luego de una ley de semillas a la medida de Monsanto el menú de los argentinos va a ofrecer una dieta menos diversa, de menos calidad y más peligro por la expansión de los cultivos transgénicos y el uso de agrotóxicos” dijo Franco Segesso de Greenpeace.
Desde la reunión del Ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile con el Vicepresidente de Monsanto en junio pasado, cuando anunció la inminente modificación de la Ley de Semillas de Argentina¸ las organizaciones se declararon en estado de alerta. “Estamos preocupados por este nuevo embate sobre la soberanía y la salud del pueblo argentino“, manifestaron sus representantes.
Greenpeace sostiene que es necesario un fuerte giro en las políticas públicas para fomentar la producción agroecológica, para que los alimentos saludables sean accesibles para toda la población. Hoy se siembran cultivos transgénicos (principalmente soja y maíz) en más del 75% del suelo cultivable argentino, se utilizan agrotóxicos en la mayoría de los cultivos alimentarios –desde las hortalizas hasta la yerba mate- y los datos oficiales sostienen que el campo argentino produce alimentos para más de 400 millones de personas, mientras cada vez son más los habitantes del país que no acceden a alimentos saludables y Argentina es el tercer país de América Latina con mayor índice de obesidad (29,4%).
Organizaciones sociales piden participación en el debate sobre la nueva Ley de Semillas
Organizaciones sociales, campesinas, ambientales y estudiantiles reclamaron al Ministro de Agricultura Ricardo Buryaile que difunda el Anteproyecto de Ley de Semillas y que se amplíe la participación más allá del sector de la agricultura química. Las organizaciones advierten que una ley de semillas con el aval de Monsanto fomentará un modelo de agricultura química que contamina el suelo, el agua, los alimentos y avanza sobre los bosques nativos mientras permite que las corporaciones monopolicen el sistema alimentario desde el comienzo: las semillas.