Durante la noche de este jueves, el juez Sebastián Ramos, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 2, declaró “procedente” la extradición del narcotraficante Henry de Jesús López Londoño, alias “Mi Sangre”, solicitada por los Estados Unidos.
“El debate se llevó a cabo en la sala de audiencias SUM del edificio de los tribunales federales de Comodoro Py 2002”, informaron desde el Centro de Información Judicial. Ahora, el delincuente colombiano puede apelar ante la Corte Suprema. Si lo hace, se quedará en el país hasta que se resuelva definitivamente su situación judicial.
A fines de 2011 López Londoño había ingresado a la Argentina con su mujer e hijo, pero el 30 de octubre de 2012 fue detenido por la Policía Federal. Está acusado de integrar la organización Los Urabeños, una banda de paramilitares vinculada al narcotráfico y considerada de las más peligrosas de Colombia, junto a Los Rastrojos, el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo y las Águilas Negras.
La fecha inicial de este juicio había sido fijada para el 21 de noviembre de 2013 pero por sucesivos recursos de la defensa fue postergada. Sin embargo, el juez advirtió que esta vez “no se admitirán más postergaciones”.
López Londoño ingresó al país a fines de 2011 con su mujer e hijo, se desplazaba “con custodia” y vivía “saltando de country en country o barrios de chacras para no ser detectado”, según informó cuando lo detuvieron, en 2012, el entonces secretario de Seguridad, Sergio Berni. “Mi Sangre” fue uno de los lugartenientes del jefe paramilitar Diego Murillo, alias “Don Berna”, extraditado a Estados Unidos junto a otros jefes en 2008.
De acuerdo con la investigación, antes de pasar por Argentina, estuvo en Brasil, Venezuela, Panamá y Paraguay -donde casi fue arrestado pero se salvó por la crisis política por la destitución del presidente Fernando Lugo-, y planeaba instalarse en Ecuador.
La justicia cree que López Londoño habría actuado en las regiones de Antioquía y del Golfo de Urabá, próxima a la frontera norte de Colombia, en el desarrollo de rutas internacionales de tráfico de cocaína hacia Panamá y Venezuela.