Al menos siete violaciones contra mujeres se han concretado durante el actual encierro de toros de San Fermín, donde además logró frustrarse otro intento de abuso sexual.
Esta serie de agresiones, que ya produjeron la detención de al menos 12 personas (entre ellas, un guardia civil), son motivo de preocupación para las autoridades locales, quienes antes del comienzo de la tradicional celebración habían hecho llamamientos para evitar agresiones de tipo machista.
En los últimos años se han popularizado imágenes públicas de vejaciones a mujeres jóvenes que participan en estas fiestas, lo que en 2016 llevó a las autoridades a impulsar una campaña que llama a tomar conciencia y a erradicar ese comportamiento.
Durante la noche del pasado 7 de julio, tras la primera jornada de las fiestas, una joven de 19 años denunció haber sido violentada por cinco hombres amparados en un portal de Pamplona.
La denuncia de la joven permitió que al día siguiente la Policía detuviera a cinco hombres españoles que han ingresado en prisión a la espera de juicio, acusados de un delito de agresión sexual y otro de robo con violencia e intimidación, ya que le sustrajeron el teléfono a la víctima.
Uno de los agresores detenidos es un agente de la Guardia Civil que ha sido suspendido momentáneamente y, si es condenado, será expulsado, según anunció el director general de ese cuerpo de seguridad, Arsenio Fernández de Mesa.
Durante el fin de semana otras cuatro personas han sido arrestadas en Pamplona vinculadas a varios casos de abusos sexuales y tocamientos, entre ellos, los sufridos por una joven francesa de 22 años y una agente uniformada de la Policía Municipal, que estaba de servicio y atendía otro incidente.
Las últimas tres detenciones se produjeron entre la noche del lunes y la madrugada de este martes en la cuesta del Labrit, la plaza de Los Fueros y la calle de Tafalla. Fue luego de que una joven de Pamplona denunciara ante la policía municipal que fue violada y que además le robaron sus pertenencias.
Peligrosa evolución
Estos sucesos tienen lugar en el marco de unas fiestas que han evolucionado hasta convertirse, a ojos de muchos visitantes y lugareños, en unas jornadas en las que predomina el exceso de alcohol y la diversión a cualquier precio.
En este contexto, la vocera del Gobierno de la región de Navarra, Ana Ollo, afirmó que “Pamplona no es una ciudad sin ley”.
Si bien Ollo reconoció que está habiendo “más casos de denuncias” que en otras ocasiones, al mismo tiempo remarcó que “no hay motivos para la alarma”, pese a que “hay una parte mínima de las personas que vienen a San Fermín que no han entendido que la fiesta hay que vivirla con respeto”.
Para el Ejecutivo regional hay que dar “un mensaje positivo, ya que la sociedad y la ciudadanía cada vez está más sensibilizada”, como a su juicio se puso de manifiesto en la concentración de repulsa de la agresión del 7 de julio, que congregó a miles de personas en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona.