El padre Mario O’Donnell fue designado al frente de la investigación que la Iglesia llevará adelante para determinar si existió algún delito en el escándalo del convento de General Rodríguez en el que José López fue sorprendido con US$ 9 millones.
A los 64 años, este sacerdote de origen irlandés estará al frente de una pesquisa que intentará despegar a la Iglesia de uno de los escándalos de corrupción más ruidosos de los últimos años. “O’Donnell no fue convocado para determinar si las monjas son realmente monjas”, explica una fuente cercana al Vaticano.
Designado por el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Agustín Radrizzani, el investigador es párroco de la iglesia de San Patricio, la cual pertenece a los padres palotinos, comunidad a la cual responde. Desde hace diez años trabaja en la jurisdicción, pese a no tener una dependencia directa del arzobispo.
O’Donnell es uno de los hombres de mayor confianza de Radrizzani, obispo que mantuvo un vínculo estrecho con el kirchnerismo. Fue el propio arzobispo quien le ordenó la tarea de desligar a la Iglesia del episodio. “Radrizzani es un hombre que entiende del juego político, pero no quiere manchas”, dijeron a este sitio.
El sacerdote estará acompañado durante la investigación por el rector de la Basílica de Luján, padre Daniel Blanchoud. En una entrevista con La Nación, O’Donnell manifestó que analizarán toda la información de la investigación judicial, y colaborarán con la Justicia.
Para el fiscal de la causa, las monjas quedaron sospechadas de encubrimiento tras la difusión de un video en el que dos de ellas aparecen ayudando a ingresar los bolsos de López en el convento. Pero la tarea de O’Donnell poco tendrá que ver con las monjas.
A través de las pruebas recopiladas por la Justicia, deberá demostrar que el dinero hallado no tiene conexión alguna con la Iglesia. “O’Donnell va a aclarar que los bolsos no provienen ni tenían como destinatario la iglesia”, cuentan.
El sacerdote designado por la Iglesia no conoce a la madre Alba, superiora del convento de General Rodríguez ni a sus compañeras, aunque cuenta con los antecedentes de la comunidad de las Monjas Orantes y Penitentes de Nuestra Señora del Rosario de Fátima, creada por el fallecido Rubén Héctor Di Monte. La decisión de iniciar el proceso en la Iglesia se basa en el apartado 1717 del Código de Derecho Canónico que obliga al obispo a investigar ante la presunción de un delito.