El objetivo inflacionario del Gobierno parece cada vez más lejano

Mientras los economistas que participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el Banco Central estimaron para el 2018 una inflación del 19,9 por ciento, el gobierno de Mauricio Macri se aferra con uñas y dientes a instalar que la meta será del 15, cifra que parece cada vez más lejana.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) que dio a conocer ayer el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) y que alcanzó el 2,4 por ciento de inflación en febrero, hace estragos los esfuerzos mediáticos del oficialismo.

En tanto, si se suma la estadística revelada en enero y que arrojó un 1,8 por ciento, más la anunciada ayer, en los primeros dos meses del año los argentinos ya corremos con una desventaja del 4,2 por ciento, en relación al último mes del 2017.

Asimismo, para lograr el objetivo establecido por el Gobierno, que fue modificado en diciembre, se requiere que a partir del próximo mes la inflación se estanque en el 1 por ciento, ya que cualquier número superior a ese obligará a replantearse el tan nombrado 15 por ciento.

Para disgusto de todos, marzo no promete ser un mes más relajado en cuanto a las subas, ya que para este período se contabilizará el notable incremento de las cuotas de los colegios y también el de los taxis, que comenzó a regir ayer y que es de un 18 por ciento.

Los responsables de que se haya disparado la inflación en el primer bimestre serían el brusco movimiento del dólar que se registró desde principio de año y los notorios aumentos que autorizó el macrismo en casi todos los rubros: transporte, servicios y hasta en las prepagas.

Según el INDEC los rubros que más aumentaron, y que están empujando hacia el precipicio al objetivo oficialista, son las tarifas de los celulares (+9,1%), el transporte (+4,5%) y el costo de afrontar el tarifazo de agua, electricidad y gas(+3,8%).

Sobre la inflación, casi tanto como sucede con el fútbol, se opina en todas las mesas de la argentina, porque es uno de los indicadores que refleja cómo el rumbo económico del país impacta en el bolsillo de todos.

En ese sentido, las palabras pronunciadas ayer por el jefe de Gabinete, Marcos Peña, respecto de la inflación quedaron flotando en el aire de muchas de las casas. “No estamos incubando una crisis y la inflación está bajando”, fue lo que dijo el funcionario durante el balance de la gestión que hizo frente a los diputados, una afirmación que se contradice con las cifras publicadas por entes privados, y también con las de los organismos de medición estatales.