Ocho años después de que Hillary Clinton ayudara a unir a los demócratas en apoyo a la campaña presidencial de Barack Obama, el presidente saliente le devuelve el favor.
En su primer mitin de campaña juntos, la aspirante demócrata a la Casa Blanca prometió este martes “construir” sobre el legado y el “progreso” de Obama.
Clinton insistió en los avances realizados por el gobierno estadounidense bajo el liderazgo del mandatario, como los “75 meses seguidos de creación de empleo”, pero advirtió que aún hay “mucho por hacer” sobre “problemas estructurales” como la desigualdad y el acceso a la educación.
Desde el centro de convenciones de Charlotte, en Carolina del Norte, la ex secretaria de Estado agradeció contar con su apoyo, que “de rival ha pasado a ser amigo”, porque “después de todo sabe un par de cosas sobre ganar elecciones”, bromeó. “Empezando por mí”, concluyó.
Al momento de su discurso, Obama aseguró que su “fe” en Hillary “siempre ha obtenido sus frutos” e insistió en que ha decidido acompañarla en su campaña electoral porque ella “nunca se rinde”.
“Estoy aquí porque creo en Hillary Clinton. He visto cómo ella cree profundamente en las cosas en las que cree. (…) Y estoy seguro de que no se va a rendir, no importa lo difícil que sea el desafío”, añadió el presidente de EEUU.
Obama y Clinton aparecen juntos por primera vez en la actual campaña presidencial, en Carolina del Norte, horas después que el director del FBI James Comey anunciara que no recomendará formular cargos contra Clinton por sus polémicos correos electrónicos cuando era secretaria de Estado.
Con todo, la crítica de Comey de que Clinton fue “extremadamente descuidada” en el manejo de información confidencial garantiza que el tema seguirá vivo hasta las elecciones de noviembre.
El momento de la crítica introduce al presidente en una polémica de la que ha tratado de permanecer al margen. La presencia de Obama junto a Clinton recordará a todos que fue una persona designada por él la que se abstuvo de presentar cargos penales contra la sucesora que él prefiere.
El virtual candidato republicano Donald Trump, quien también realizaba un acto electoral en Carolina del Norte, tuiteó que la decisión de Comey era una prueba de que el sistema está “manipulado”.
Los demócratas esperan que la presencia de Obama ayude a desestimar las dudas de los votantes sobre la honestidad e integridad de Clinton, que derivan en parte del caso de los correos. Se prevé que el presidente explique cómo fue cambiando de posición, de escéptico a partidario de Clinton.
“Creo que será de mucha ayuda, sobre todo entre los votantes demócratas y algunos independientes que tienen dudas”, dijo David Axelrod, principal arquitecto de la campaña de Obama en 2008, en la que enfrentó a Clinton por la candidatura demócrata. “Para ello puede hablar de su propia experiencia. Fueron rivales, tuvieron diferencias; eso le da cierta autoridad adicional”.
La campaña de Clinton también espera que la presencia de Obama sirva para recordar otros aspectos de su actuación como secretaria de Estado. Durante cuatro años, Obama le confió la representación de su política exterior en el mundo. Ella estaba a su lado en la Sala de Situación de la Casa Blanca. Como buen soldado, dejó de lado su ego político para colaborar en el gobierno del hombre que la derrotó. Y cuando era secretaria, la mayoría de los estadounidenses tenía una buena imagen de ella.