Novaresio debutó con #DeboDecir por la pantalla de América

El periodista debutó en la conducción de su ciclo semanal con Pamela David, María Julia Oliván, Hugo Moyano, Ronnie Arias, Cecilia Dopazo y Facundo Manes como invitados

tratado como “la barba con más onda de la televisión argentina”, el periodista Luis Novaresio guió con precisión periodistica, simpatía y una habitualidad casi familiar, el primer programa de “Debo decir”, un living descontracturado de domingo a la noche que pretende ofrecer un show de reportajes de actualidad con invitados de diferentes campos y pensamientos.

El formato escogido es un “late sunday night show”, propio de la televisión norteamericana, es decir, un envío de entrevistas, provisto de humor y actualidad, invitados de coyuntura y de los otros, con un living como ámbito de socialización y música en vivo.

 

“Debo decir” proviene de una muletilla utilizada por periodista rosarino que hasta podría sintetizar su compromiso profesional, si se refiere a la información comunicada públicamente, que, obligatoriamente, estará más allá de los límites de las pareceres y opiniones personales.

El envío cuenta además con la participación de la periodista, en un rol también de asistente, Mina Bonino, con Estela Montes como locutora, con la amenización musical a cargo de la París Jazz Club, y con Liliana Parodi como productora general.

Presentados entonces como estrellas y en dirección al living, los invitados fueron de a uno respondiendo a las primeras inquisitorias del conductor. El sindicalista Hugo Moyano, el neurocientífico Facundo Manes, la periodista María Julia Oliván y el conductor televisivo Ronnie Arias conformaron un compacto grupo de reporteados con un ritmo afable y fragmentario, y entre los que, según Novaresio, había varios presidenciables (Moyano, Manes y David, sic).

La actriz Cecilia Dopazzo ocupó la sexta silla, luego de llegar tarde justificada por su salida del teatro donde ofrece la obra “Falladas”.

Entremezclando temas como política, sexo, educación y periodismo, un único e inmenso bloque de más de dos horas que tuvo un único insert, un simpático “Nadie resiste un archivo”.