Sin embargo, la defensa de este único acusado sostuvo que la fiscalía “está perdiendo valioso tiempo” con los nuevos peritajes genéticos.
“No puedo cerrar la investigación hasta que lleguen los informes solicitados a Uruguay y vamos ordenar otros cotejos genéticos del pelo que no es de Macarrón”, dijo hoy en conferencia de prensa el fiscal riocuartense Daniel Miralles.
Dicho cabello fue encontrado en la escena del crimen, junto al cadáver de “Norita” (51), y será cotejado con el perfil genético de todas aquellas personas que estuvieron presentes en ese lugar cuando se descubrió el homicidio.
El fiscal Miralles comentó que a 10 años de cometido “no está claro” el móvil del crimen aunque afirmó: “Mi postura es bien definida, es la imputación de Marcelo Macarrón.”
Para el funcionario judicial la situación del viudo “está comprometida” ya que “el material genético lo ubica en la escena del crimen” y eso es “una prueba científica irrefutable”.
“Si no considero eso estaría con una venda en los ojos”, afirmó.
Respecto a los datos solicitados a Uruguay, Miralles recordó que se trata de “informes sobre teléfonos, pasos migratorios, de meteorología y de la Fuerza Área”, que apuntan a comprobar si tal como siempre aseguró Macarrón (57), éste estuvo en Punta del Este al momento del crimen.
La hipótesis del fiscal es que el viudo pudo haber realizado un viaje en una ventana horaria de seis horas desde dicha ciudad uruguaya a Río Cuarto, asesinar a su esposa y volver al vecino país donde disputaba un torneo de golf, el cual finalmente ganó.
En ese sentido, Miralles explicó que la probabilidad de que el viudo haya podido realizar ese viaje, utilizando alguna de las varias pistas de aterrizaje privadas de los alrededores de Río Cuarto, se basa en “dos o tres testimonios y datos aportados la Fuerza Aérea local”.
Por su parte, el abogado Marcelo Brito, defensor de Macarrón, expresó su “duda” sobre la relevancia del cotejo del mencionado pelo ya que recordó que en el levantamiento de rastros en la escena del crimen hubo “ineptitud” y también “negligencia”.
“Creo que ciertos interrogantes que se está planteando el fiscal actual son dudas que nacen precisamente de esa mala recolección de pruebas”, opinó el letrado, quien se quejó de que la investigación no avanza.
Para Brito, “el fiscal actual es que está perdiendo valioso tiempo a partir de algo de lo que está absolutamente convencido” aunque, a su entender, “ha valorado equivocadamente” determinados elementos de pruebas, como el pelo, lo que “el tiempo se va a encargar de demostrar”.
“El informe ya dijo que el pelo no pertenece a Marcelo Macarrón. Si después queda descartado que ese pelo pueda pertenecer a algunas de las personas que estuvo en la escena del crimen vamos a decir que ahora tenemos una prueba importante para buscar a quien participó del hecho. Pero, ¿cuánto tiempo después? No lo sé”, concluyó.
Nora Dalmasso fue encontrada estrangulada el 25 de noviembre de 2006, en su casa del barrio residencial Villa Golf de Río Cuarto, en el sur de Córdoba, y su cuerpo semidesnudo fue hallado el día después sobre la cama de su hija Valentina, quien al igual que su padre y su hermano Facundo, no se encontraban en ese momento en la vivienda.
A lo largo de la investigación se manejaron varias hipótesis: una apuntó a un crimen durante un juego erótico, otra aun estrangulamiento durante la consumación de una relación sexual y a un homicidio cometido tras un abuso sexual.
En el marco de esas pistas estuvieron imputados el por entonces secretario de Seguridad de la provincia, Rafael Magnasco; el pintor Gastón Zárate, conocido como “El perejil”; y Facundo Macarrón, quienes finalmente fueron sobreseídos por falta de pruebas.
Luego de apartarse el primer fiscal de la causa, Javier Di Santo, el expediente quedó a cargo de Miralles, quien resolvió imputar al viudo del “homicidio calificado por el vínculo” de su esposa y le fijó una fianza de tres millones de pesos para que continúe en libertad.
Al ser indagado el año pasado, Macarrón aseguró ser inocente y explicó que el ADN hallado en el cuerpo de la víctima se debía a que había mantenido relaciones sexuales con ella antes de viajar a Punta del Este.
Mientras que en abril último, a pedido de la defensa del viudo, se presentó ante el fiscal Miralles el empresario Miguel “El Francés” Rohrer, mencionado como sospechoso desde el inicio de la investigación.
Este hombre, que ya había declarado como testigo en 2007, se puso a disposición y se extrajo una muestra de sangre para posteriores cotejos de ADN y reiteró que no tiene nada que ver con el hecho.