El seleccionado argentino de voleibol está donde quería estar. Esta noche, a las 22.15, jugará contra Brasil para avanzar a las semifinales de los Juegos Olímpicos de Río 2016 . La mirada externa de quienes siguen los Juegos, espectadores y enviados unidos en esa observación, está configurada por una idea central: siempre hay un rival para evitar. Como si el deporte de alto rendimiento fuera una góndola en la que cada uno toma lo que quiere. Según ese mandato, Brasil sería ese rival.
Será una noche movida. El seleccionado de Julio Velasco tuvo desde el debut un seguimiento masivo de hinchas argentinos, una pata que se ha vuelto fundamental, una parada obligatoria, para analizar cualquier competencia en estadios. Ser locales en casa ajena. Lo curioso es que ese factor fue tomado en cuenta por Brasil para este partido luego de ganarle con muchas dificultades a Francia 3-1 y provocar el cruce con la Argentina. El primero de un grupo contra el cuarto de otro. Quién diría…
“El miércoles será un partido entre dos grandes equipos. El estadio será un ‘mix’ entre el Luna Park y el Maracanazinho. El show está garantizado”, dijo Bruno Rezende, el armador y capitán del seleccionado brasileño de voleibol. Seguramente el equipo de Velasco, si esa góndola mencionada existiera, hubiera preferido a Canadá. Pero tenían grandes sospechas de que Italia, con el primer puesto asegurado en el Grupo A y con Irán instalado como su rival para cuartos, no haría un esfuerzo supremo para derrotar a Canadá. Eso fue lo que sucedió.
Todo eso de todos modos queda muy lejos. El seleccionado argentino llegó hasta su objetivo primario abrazado a un modo de trabajo y de armado de grupo del que no se separa un instante. El secreto del equipo es que nunca se olvida de quién es. No perdió la cabeza de alegría cuando le ganó a Rusia y tampoco dejó de creer en su potencial cuando perdió con Polonia.
Brasil es una referencia constante del voleibol mundial. Viene de tres podios consecutivos en los últimos Juegos Olímpicos. Ganaron la medalla dorada en Atenas 2004 y la plateada en Pekin 2008 y Londres 2012. Su historial de buenos resultados es apabullante. Pero no es perfecto y tiene aspectos vulnerables. Les costó mucho la clasificación y estarán obligados a ganar. Pero siendo local y con mucha presión encima, es un equipo que ya le vio la cara a la eliminación. Tal vez eso los libere. Desde el juego, Velasco y su staff analizan que si consiguen sacar bien, el pase para que le llegue una pelota clara a Bruninho Rezende puede complicarlos. Pero también saben que si ese aspecto del juego no se da, Wallace es un atacante temible.
Argentina ha tenido actuaciones memorables contra Brasil en los Juegos Olímpicos. Seul 88 con la medalla de bronce y las semifinales de Sydney 2000 son materia de estudio cuando se habla de gestas del deporte argentino en los Juegos. Pero eso no sirve de mucho y por una buena causa. Ahora hay un equipo que quiere hacer su propia historia. Velasco decía antes de partir para Río que las potencias están obligadas a ganar y que la Argentina tiene que estar lista para hacerlo, aunque no tenga esa obligación. Eso es lo que hay que observar esta noche. No se puede elegir a los rivales, pero sí es posible elegir cómo afrontar el compromiso más grande de esta generación del voleibol argentino.