
No hay dudas de que el Atlético de Madrid del Cholo Simeone mantiene una identidad intacta en los años que lo digirió el argentino. Sufrió mutaciones en su juego, pero algo no resigna con el correr de los partidos: intensidad y competitividad en cada torneo. El equipo del Cholo Simeone buscaba clasificarse por tercera vez consecutiva a los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa frente al duro PSV Eindhoven, y tras un 0 a 0 en la ida, consiguió el pasaje de manera agónica por penales: 8-7.
El Vicente Calderón estaba apagado. Atlético Madrid y PSV definían el pase a cuartos de final por penales y se podía oler el miedo en los hinchas locales, que apenas festejaban los goles de su equipo. Claro, una falla los dejaba afuera de la Champions League.
Ahí, el Cholo Simeone se dio cuenta de que su equipo necesitaba un plus y empezó su show: a puro grito y gestos, levantó al público. Casualidad, o no, Luciano Narsingh estampó ese mismo penal contra el travesaño y Juanfran sentenció la serie.