Cada año, unos 17 millones de menores de edad dan a luz en el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, 16 millones de las madres tienen entre 15 y 19 años y un millón tiene menos de 15 años.
Las complicaciones provocadas por el embarazo y el parto constituyen la segunda principal causa de muerte en niñas adolescentes de entre 15 y 19 años en el mundo. Además, los bebés de madres adolescentes corren un riesgo de muerte considerablemente más alto que aquellos de mujeres de entre 20 y 24 años.
Las madres jóvenes tienen menos probabilidades de ir a la escuela y más posibilidades de tener dificultades económicas. Esto las pone a ellas y a sus hijos e hijas en riesgo de explotación, enfermedades y ciclos de pobreza perpetuos.
El embarazo de las adolescentes entre los 9 y los 13 no recibe suficiente atención pública y suele estar amparado por costumbres o tradiciones.
La situación en Argentina (datos de Unicef Argentina)
El relevamiento sostiene que los nacimientos de madres adolescentes en nuestro país representan el 15% del conjunto de nacimientos que se registran en el país.
6 de cada 10 chicas que quedan embarazadas, abandonan la escuela. Solo un porcentaje mínimo retoma los estucios años después.
Se trata de unos 117.000 nacimientos anuales en Argentina. Unos 3.000 corresponden a madres menores de 15 años. Además, gran parte de estos casos son consecuencias del abuso sexual contra las nenas.
En 2014 nacieron 65 hijos por cada mil mujeres de 15 a 19 años, a nivel nacional. Pero en provincias como Formosa y Misiones, esos nacimientos se elevaron a cerca de 100 por cada mil.
El alto número de embarazos no planeados en la adolescencia aumenta el riesgo de exposición a un aborto inseguro, de abandono escolar y de limitaciones de acceso al mercado laboral.
De cada 100 egresos hospitalarios por partos en menores de 20 años, 17 corresponden a abortos.
La Sociedad Argentina de Pediatría califica el embarazo adolescente como una deuda social. “La premisa que no puede ser perdida de vista es que todo embarazo en niñas es índice de una violación de sus derechos que, indefectiblemente, se asocia con violencia sexual”.