El caso de Kryptonita de Leo Oyola es uno de esos fenómenos literarios que rompen la barrera del formato para instalarse con fuerza de acero en el imaginario colectivo. El libro recrea el mito de Superman y la Liga de la justicia, pero contextualizándolos en La Matanza. En ese (nuestro) mundo, los héroes son forajidos nobles, mientras que los villanos son agentes corruptos de la ley que buscan dar caza a la banda de Nafta Súper a como de lugar. El logro de la novela es que no se detiene en lo anecdótico del recurso, sino que pone el acento en cómo se relaciona la banda de Nafta y el rol crucial que cumple la realidad de La Matanza, cuna de estos héroes. Y el amor que generó ese texto fue llevado al cine por Nic Loreti, director que supo poner en imágenes una sensibilidad que parecía negarse a quedar encerrada en las páginas de un libro que se convertía en fenómeno imparable. El amor por Kryptonita y el pedido popular por ver más de estos héroes, llevó entonces al estreno de una miniserie que a lo largo de ocho episodios se dedicará a explorar otros aspectos en la vida de estos personajes expandiendo considerablemente el universo de DC según La Matanza.