El tercer Grand Slam del año llega a su final, con la presencia de un intruso inesperado en el partido decisivo, que busca estampar su nombre en la historia y conseguir el primer título grande de su carrera.
El local Andy Murray, segundo en el ranking de la ATP, y el canadiense Milos Raonic, séptimo en el escalafón mundial, definen el título en la final del Wimbledon.
Para el británico podría ser su segundo campeonato, luego de que en 2013 rompió con los 77 años de frustraciones locales y se impuso en el All England, mientras que su adversario aún logró coronarse en ningún Grand Slam a sus 25 años.
Eliminados sus rivales Roger Federer y Novak Djokovic, el escocés se presenta por primera vez como gran favorito en una final de unos los certámenes grandes, en su undécimo presentación en esta instancia con dos consagraciones.
Frente al número dos del ránking estará el canadiense Raonic, nacido en Montenegro pero nacionalizado norteamericano. Con su 1,96 metros de altura y su potencia en los golpes eliminó a Roger Federer en semifinales tras cinco sets.
Esa es una ventaja para Murray, en su partido previo disputó solo tres parciales y llega al desenlace con mayor descanso. Raonic con un saque potente intentará sacar provecho de la superficie.