A partir de los 35 años, los orangutanes son considerados ancianos. Chantek vivió 39 y murió ayer en el zoológico de Atlanta, donde vivió las últimas dos décadas, luego de pasar buena parte de su juventud en una universidad, aprendiendo diferentes habilidades humanas.
Chantek nació en el Centro de Investigación Nacional de Primates Yerkes y pasó nueve años viviendo con investigadores de la Universidad de Tennessee-Chattanoog, que le enseñaron al menos 150 palabras del lenguaje de señas (ASL), que se usa en Estados Unidos. Con la antropóloga Lyn Miles tuvo una relación especial: ella lo crió casi como un hijo, le enseñó a ir al baño y a limpiar su cuarto, a usar herramientas y a memorizar la ruta desde la universidad hasta su local de comida rápida favorita. Su historia fue contada en el documental “The ape who went to college” (2014).
“Tenía una personalidad tan única y encantadora. Y tenía formas especiales de relacionarse y comunicarse con aquellos que lo conocían mejor. Fue un privilegio tenerlo con nosotros durante los últimos 20 años”, dijo Hayley Murphy, vicepresidenta de las divisiones de animales del zoológico.
Desde el año pasado, los veterinarios del zoo venían tratando a Chantek por una enfermedad cardíaca, aunque no confirmaron que ésta haya sido la causa de su muerte.