Con motivo del Día del Trabajador, Dilma Rousseff dio un encedido discurso en el centro de San Pablo en el que además de destacar los derechos de los trabajadores, también hizo referencia al escándalo político que vive el país.
Ante la presencia de miles de integrantes de diversos sindicatos que se acercaron para celebrar su día y apoyar a la presidente de Brasil, quien está cerca de ser sometida a juicio político, la jefe de Estado acusó a su vicepresidente Michel Temer de “usurpador”, ya que él sería quien asumiría el poder en caso de ser aprobado el impeachment.
“Las ganancias que se usan para los programas sociales serán privatizados por Michel Temer”, aseguró Rousseff.