La Copa del Mundo de fútbol de 2030 no será una más: será la indicada para la celebración del primer centenario de la competición, que empezó a disputarse en 1930. Por ello surgió la idea de una candidatura conjunta entre Uruguay, anfitrión de aquella primera edición, y Argentina, que jugó la final en aquel Mundial contra el local. Y la postulación, a la que se sumó Paraguay empujada por la Conmebol, recibió el aval de la FIFA en una reciente visita a la región de su presidente, Gianni Infantino.
Claro que a esa candidatura, por el momento la única que ha aparecido en forma oficial, inexorablemente le van a aparecer competidores. Y uno que emerge desde Asia es China, a partir del impulso que pretenden darle a la postulación trece ciudades de las más importantes de aquel país.
Según informa en su edición de hoy el diario oficialista Global Times, la intención de estos trece líderes chinos apunta a la Copa del Mundo de 2030 o a alguna de las posteriores, con el afán de que el Mundial vuelva a extremo oriente después de varios años de ausencia; la única edición realizada allí fue en 2002, con la organización conjunta de Japón y Corea del Sur.
Las ciudades pertenecen a una lista de veinte grandes urbes de China que han publicado planes locales de desarrollo del fútbol en sus demarcaciones, la mayoría de ellas interesadas en acoger partidos internacionales de alto nivel para promover el deporte entre sus ciudadanos.
Los planes indican que varias divisiones administrativas de China desean apoyar una hipotética candidatura del país al Campeonato del Mundo y van a iniciar planes de desarrollo urbanístico y deportivo de cara a ese objetivo, declaró al diario el comentarista de fútbol chino Wang Dazhao.
“China ya tiene ciudades con tradición futbolística, como Pekín o Shanghái, pero ahora otras regiones como las provincias de Jiangsu y Zhejiang están desarrollándola al conseguir que sus clubes lleguen a la primera división gracias a su desarrollo económico”, destacó Wang.
La celebración de un Mundial en China es una de las metas a largo plazo que incluye el plan nacional de desarrollo del fútbol que el Gobierno chino aprobó en 2015, cuyo máximo objetivo no obstante es lograr que el fútbol de este país esté en la elite mundial a mediados de siglo.
Por este plan hubo una fuerte incorporación de estrellas de renombre mundial en la Superliga china, con una erogación multimillonaria en dólares. Uno de los que que arribó fue Carlos Tevez, quien en principio está comprometido por dos años con el Shanghai Shenua a cambio de 40 millones de dólares por temporada.
Sin embargo, Tevez analiza dejar China o bien para abandonar el fútbol profesional o para procurar una segunda vuelta a Boca Juniors, para lo cual está viajando a Asia su presidente, Daniel Angelici.
Tras el Mundial de 2022 en Qatar, China, al pertenecer a la misma confederación asiática, no puede en principio presentarse como candidata a acoger el campeonato de 2026 ni el de 2030, debido a la actual regla de rotación de continentes que aplica la FIFA.
Sin embargo, hay llamadas a que la federación internacional de fútbol reduzca esa normativa de ocho años a cuatro, lo que quizá permitirá a China postularse para los Mundiales de 2030, año en el que este torneo celebrará su centenario.