Las estadísticas hasta hoy aseguraban que el hombre era más proclive a padecer un ACV, pero la mujer hoy ha equiparado el riesgo de sufrirlo. A pesar de los progresos en la prevención, las cifras son malas para ellas: 1 de cada 5 mujeres lo padecen; frente a 1 entre 6 hombres.
Y el riesgo aumenta luego de los 50 años, teniendo en cuenta factores hormonales femeninos que suceden luego de la menopausia, y el incremento de los factores de riesgo vasculares.
En el Día Internacional por la Acción de la Salud de la Mujer la intención es concientizar acerca de los controles de rutina necesarios para prevenir la enfermedad. Además de conocer los factores de riesgo que son modificables y que permiten prevenir el desarrollo de la enfermedad cerebrovascular.
La diabetes, las migrañas, la fibrilación auricular y la hipertensión, son algunas de las causas que se dan con más frecuencia en mujeres. Pero, además, el embarazo, la preeclampsia, el uso de anticonceptivos orales, los tratamientos hormonales de reemplazo posteriores a la menopausia y la diabetes gestacional pueden convertirse en desencadenantes claves para el desarrollo de ataques cerebrales o enfermedades cardíacas.
También el impacto del ataque cerebral es mayor en la mujer en término de secuelas. Ellas suelen tener más depresión, más demencia, más limitación física y más restricciones en sus actividades de la vida diaria que los hombres.De hecho, mata el doble de mujeres que el cáncer de mama.
Los factores de riesgo en las mujeres
Hipertensión arterial. La presión arterial alta (≥140/90 mmHg) sin tratamiento aumenta el riesgo en la mujer de presentar un episodio cerebrovascular. La hipertensión puede aparecer en cualquier momento de la vida y no se cura, pero sí puede controlarse (el valor óptimo es 120/80 mmHg). Mediante cambios en el estilo de vida como el control del peso o el aumento de la actividad física, restricción del sodio y, de ser necesarios, tratamiento farmacológico con medicamentos.
Para disminuir los factores de riesgo se realizan programas integrales de prevención, en donde se llevan a cabo controles periódicos, se analiza la glucemia y el colesterol,
Diabetes: el riesgo de enfermedad cardiovascular en la mujer diabética aumenta entre 3 y 7 veces mientras que en los hombres lo incrementa de 2 a 3 veces.
Tabaquismo: en Argentina fuma el 34% de la población adulta. Cada año mueren 40.000 argentinos por causas relacionadas con el tabaco y coincidiendo con los datos mundiales, el número de jóvenes que fuma sigue en aumento, fundamentalmente las mujeres. Se calcula que el 50% de los infartos entre las mujeres de mediana edad son atribuibles a esta adicción.
Anticonceptivo: el consumo de cigarrillos combinado con el uso de anticonceptivos
orales también ha demostrado aumentar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o cerebral.
De hecho, su uso en fumadoras mayores de 35 años está contraindicado.
Dislipemia: el aumento del colesterol total y de la lipoproteína de baja densidad (LDL) son importantes señales de alerta cardiovascular en las mujeres. Los niveles bajos de la lipoproteína de alta densidad (HDL) o colesterol “bueno” son predictores de enfermedad coronaria en la mujer.
Obesidad e inactividad física: el sedentarimso realizar actividad aeróbica de manera rutinaria r previene problemas cardiovasculares.
Estrés: es un factor de riesgo reconocido en ambos sexos. Sin embargo, estudios
preliminares han demostrado que mientras los niveles de hormonas relacionadas con el
estrés disminuyen cuando el hombre llega a casa tras su jornada laboral, en la mujer
ocurre lo contrario.
Actuar rápido es clave
El tiempo que transcurre desde que se desatan los síntomas del ACV hasta la implementación del tratamiento es fundamental para revertir las secuelas
El presidente de la Asociación Argentina de Ataque Cerebral y Clínica de La Sagrada Familia (AAAC), Lylyk propone la regla de las ” cinco C” para reaccionar rápidamente.
1) Cabeza: dolor súbito y de máxima intensidad
2) Confusión: dificultad para hablar o entender
3) Cuerpo: debilidad u hormigueos en la mitad del cuerpo
4) Caminata: inestabilidad en la marcha o pérdida de equilibrio
5) Ceguera: dificultad para ver con uno o ambos ojos
La importancia del chequeo anual
Es una patológia que requiere de educación para favorecer la prevención y también la identificación de señales de alerta para actuar a tiempo y limitar las secuelas que esta enfermedad puede generar explicó el doctor Pedro Lylyk.
Los especialistas recomiendan la realización anual de un chequeo integral que incluya examen físico, pruebas de laboratorio, electrocardiograma y estudios modernos de diagnóstico por imágenes con el fin de poder prevenir el desarrollo de eventos cardiovasculares graves. Pero, además, insisten en la importancia de actuar sobre los factores de riesgo que pueden ser modificables.