Un informe médico preliminar dio cuenta que el cuerpo sin vida de Arnaldo Alejandro Amarilla (33) tenía impactos de perdigones policiales de goma en la zona del pecho, brazos y espalda, pero también que habría sido alcanzado por alguno de acero cuyas heridas, se presume, pudieron haberle ocasionado la muerte después de un tiempo de agonía.
El reporte definitivo indicando con rigor científico la causa del deceso estaría en breve en manos del titular del Juzgado de Instrucción Seis de Posadas, Ricardo Balor, quien en las últimas horas decretó el secreto de sumario para poder avanzar sin filtraciones la investigación.
Igualmente, previo a eso, el magistrado manifestó en una breve charla con este matutino que se está investigando en qué circunstancias fueron efectuados los disparos con una escopeta antidisturbios puesto que existen versiones distintas entre los uniformados apuntados por la familia y los testigos que declararon, pero por otro lado no se descarta que el ex convicto pudo haber recibido heridas mortales en las peleas que protagonizó un rato antes en distintos puntos del barrio.
Pero dejando de lado el ámbito judicial, la inestable seguridad del complejo habitacional a partir del homicidio se reforzó en la víspera con el desplazamiento de la cúpula de la Seccional Décima y la asunción de dos nuevos jefes, que tendrán la misión de calmar los ánimos pero a la vez regenerar la confianza hacia la fuerza, cuestionada desde el domingo.
Una de las hipótesis que giran en torno a la investigación del homicidio da cuenta que la escopeta policial (Ithaca calibre 12.70) de la dependencia que los uniformados habrían admitido que usaron en los procedimientos, pudo haber estado cargada con dos tipos de municiones, es decir, con cartuchos con postas de goma y otros con balines de acero, que son utilizados por las fuerzas de seguridad al momento de dispersar algunas manifestaciones públicas.
La diferencia, explicaron las fuentes consultadas, es que un impacto de las últimas puede resultar letal y eso sostiene la familia de Amarilla: que al hombre le dispararon a corta distancia y murió desangrado por las heridas que le produjeron.
En cuanto a los efectivos detenidos (uno, oficial subayudante David V. y el otro, sargento Esteban S.) habrían reconocido en la declaración testimonial que hicieron en sede policial que en una de las tantas intervenciones que tuvieron desde el sábado a la noche hasta el domingo a la madrugada como consecuencia de las peleas entre bandas, efectuaron disparos con el arma que estaba cargada en la dependencia.
Lo que se buscaría determinar es si por negligencia o por actitud criminal dispararon sin revisar qué tipo de munición tenía, con las consecuentes heridas que le produjeron al hombre.
Cabe aclarar que el reconocimiento de que dispararon es coincidente con la versión de la familia del fallecido, pero se contraponen en el momento en que los uniformados dicen que fue en medio de los disturbios, para dispersar a los involucrados y los últimos que fueron desde adentro de un patrullero cuando la víctima estaba sentado, solo, en la vereda e intentó correr cuando lo remataron. Por eso se desplomó entrando a la casa, donde lo hallaron sin vida.
La Policía de Misiones emitió un comunicado coincidente con la versión de los sospechosos, en el cual se informó que varias patrullas intervinieron en el barrio, al menos cinco veces, por tumultos en los que estaba Amarilla. Incluso se aclaró que el hombre avanzó en la casa de una familia con un cuchillo donde habría herido a uno de ellos, previo a que lo encontraran muerto.