Después del sideboob, que alentaba a enseñar el lateral del busto, del thigh gap y de intentar conseguir un estómago plano, la nueva obsesión de la moda se centra en la espalda, concretamente en la zona del omóplato.
Por supuesto, por mucho que se viralice y que los propios promotores quieran hacer creer que es algo atractivo, todas estas llamadas ‘tendencias’ de una parte del cuerpo no son más que una manera de venerar la auto-privación de la mujer, la esclavitud al propio cuerpo.
Hadley Freeman, periodista y columnista de The Guardian, comentaba en un artículo que hacía poco había leído en una revista de moda que se aconsejaba a las mujeres comprarse vestidos cortos con escote en la parte trasera para lucir sus huesos dorsales.
Curiosamente, solo en la moda los huesos son vistos como la parte más ‘sexy’ de la mujer. Las faldas se acortan para resaltar los fémures y las camisetas se transforman en crop tops para lucir costillas.
Esto, según el doctor Fernando Pérez Escanilla, responsable de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia, “supone un riesgo para la salud muy importante”. La principal razón es que para conseguir que la zona del omoplato sobresalga más de lo normal “el índice de masa corporal tendría que ser menor de 16 y estaríamos hablando de alguien con problemas de anorexia”, sostiene.
Según los datos oficiales de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) se considera satisfactorio un IMC que se sitúe entre 18,5 y 24,9. Si el índice es inferior a 18,5, se estima que la persona está demasiado delgada.