Mitos sobre los piojos

Las vacaciones de verano son el momento propicio para disfrutar de la playa, el mar, las piletas y las plazas. También, el momento en que los piojos afloran y se reproducen. Aunque todavía falte para eso, te contamos datos desconocidos.

La pediculosis es una enfermedad producida por un insecto conocido como “piojo” y afecta, sin distinción de raza o condición social, a la población mundial los 365 días del año. Los chicos en edad escolar son el segmento con mayor probabilidad de contagio, aunque no el único expuesto. Las mujeres de todas las edades y los hombres de hasta 30 años son también proclives a tener piojos; por eso, si hemos detectado la presencia de piojos o liendres en alguno de los integrantes de la familia, es fundamental que todos se sometan a revisión para descartar la posibilidad de un recontagio en el seno familiar.

Al respecto, desde la Asociación de Lucha Contra la Pediculosis afirman que “es fundamental estar informado, comprar los peines adecuados, pasarlos en el momento adecuado y en el lugar adecuado. Cuando los niños van a la colonia es necesario pasar el peine fino entre 2 y 3 veces por semana para mantener controlada la pediculosis. También, es muy importante clasificar los peines porque hay chicos que tienen un umbral de dolor mayor que otros y es necesario ir de un peine grande a uno más pequeño y, por último, pasar al peine ultrafino para poder sacar piojos, liendres y los piojitos recién nacidos que son los que están pegados en el cuero cabelludo y que no son fáciles de detectar y quitar”.

Por último, la Asociación de Lucha Contra la Pediculosis devela una serie de mitos que rodean al piojo:

1. El entorno de un niño con piojos es sucio.

La suciedad no determina la presencia de piojos, están presentes en cualquier ámbito en el que puedan alimentarse, esto es, en cualquier ser humano.

2. Los piojos pueden vivir por semanas en la ropa, sombreros, cepillos y ropa de cama.

Sólo viven hasta 48 horas sin alimentarse de sangre, luego mueren por inanición; por ende, pasado el fin de semana, en la colonia o espacio compartido en sí no habrá piojos.

3. Todas las infestaciones de piojos manifiestan síntomas.
Muchas personas son asintomáticas a la infestación de piojos. Por eso, cuando se detecta presencia de piojos o liendres en un integrante del hogar, se recomienda la revisión de todos.

4. No existe ningún peligro en el uso indiscriminado de pediculicidas.

La automedicación, su uso sin seguir las indicaciones del prospecto, su ingestión y, en algunos casos, el contacto del producto con la piel puede provocar intoxicaciones. El 14.42% de las consultas en el Servicio de Toxicología del Hospital de Niños se deben a pediculicidas; la mayoría de estos productos contienen algún tipo de veneno.

5. Un tratamiento con shampoo o pediculicidas es suficiente porque matan al piojo y a las liendres.

Como los piojos se han vuelto resistentes a las permetrinas (repelentes de piojos e insectos) y además no matan las liendres, luego de hacer el tratamiento, es indispensable el uso del peine fino todos los días.

6. La utilización de un spray para rociar la casa con pediculicida disminuye las posibilidades de re-infestación.

Una manera segura para terminar con los piojos es -previo al tratamiento-, guardar la blanquería usada, muñecos y peluches en bolsas plásticas para no permitir que los piojos respiren durante 3 días y aspirar alfombras, colchas, almohadones y sillones.

7. Los niños se contagian la pediculosis en el colegio, por lo que es responsabilidad de la escuela combatirla.

Como dijimos, los piojos no están por sí mismos ningún un lugar en el que no se puedan alimentar por lo que “viajan” en las cabezas y es en el núcleo familiar que debe ser tratada.

Asesoró: Ricardo Cooper, Presidente de la Asociación de Lucha Contra la Pediculosis (ALCP)