Miles de personas comenzaron a llegar desde ayer a la ciudad bonaerense de San Nicolás para participar hoy de las celebraciones de la Virgen del Rosario, una fiesta del catolicismo que cada año congrega a una multitud de fieles en torno del santuario local.
Este año se realizará bajo el lema “María, danos tu mirada misericordiosa”. La celebración arranca cada año en la medianoche del 25 de septiembre, con el canto del feliz cumpleaños a la Madre de Jesús.
Una de las primeras actividades se desarrolló ayer a las 19 con una procesión que partió desde la localidad de La Emilia, a 13 kilómetros al norte de la ciudad de San Nicolás, portando el Jesús Misericordioso, para que formara parte del saludo de la medianoche a la Virgen.
Este año también se aguarda que cientos de miles de fieles participen en el templo levantado a orillas del río Paraná, construido en honor a la invocación de la Virgen de San Nicolás.
ORGANIZACIÓN Y SEGURIDAD
La Municipalidad y la Policía montaron un operativo de tránsito en el ingreso a la ciudad y en las calles próximas al santuario. La primera misa del día fue desde la medianoche y la encabezó el obispo de San Nicolás de los Arroyos, monseñor Héctor Cardelli.
Las misas se repetirán cada hora desde las 6 hasta las 13. Desde las 14, se iniciará la adoración eucarística en el atrio del Santuario y a partir de las 15 habrá una procesión por las calles de la ciudad, que será precedida por la imagen de la Virgen de San Nicolás. Esta peregrinación finalizará con la misa central, a cargo de monseñor Cardelli.
Esta será la última celebración de la Virgen que presidirá el obispo ya que el papa Francisco aceptó su renuncia tras cumplir los 75 años y nombró en el cargo a monseñor Hugo Santiago, hasta ahora jefe de la Iglesia en Santo Tomé, Corrientes, quien aún no asumió en sus funciones.
POR QUÉ SE CELEBRA EN SAN NICOLÁS
La celebración de cada 25 de septiembre rememora los testimonios de vecinos de San Nicolás y de estudiosos del Vaticano que afirman que la Virgen se habría manifestado por primera vez en esa fecha de 1983, ante Gladys Quiroga de Motta, una humilde mujer, que en ese entonces tenía 48 años y que sigue viviendo a cincuenta metro del lugar donde hoy se levanta el santuario .
Hasta el momento de la postura de la Iglesia y del Obispado fue de cautela con relación al denominado “Milagro de San Nicolás”, aunque despertó una inmensa devoción que incluso es vista con agrado por el Papa.
Según el testimonio de Gladys, la Virgen le habría pedido que se construyera un templo con pilares de mármol rosado, indicaciones que tras anotarlas se las entregó al cura párroco. A los siete años de la primera aparición, la Virgen María le habría indicado a la mujer que buscara agua en su santuario y un rayo de luz iluminó la cripta del santuario.
Luego, geólogos bonaerenses negaron que en ese lugar se encontrara un surgente natural, pero al realizarse una perforación en la cripta apareció el agua y los fieles consideraron este hecho como milagroso. La última aparición se habría producido en febrero de 1990, aunque según la leyenda popular, las comunicaciones privadas entre la virgen y la mujer continúan hasta ahora.