La discusión sobre la necesidad de impulsar una reforma laboral en la Argentina quedó planteada otra vez luego de un tuit del CEO de una de las empresas argentinas de mayor proyección internacional: Mercado Libre.
El empresario Marcos Galperin, fundador y directivo de la firma pionera en comercio online en América Latina, cuyo valor hoy supera los USD 12.000 millones, publicó en su cuenta de Twitter: “Viendo la reforma laboral Brasilera, Argentina puede 1) imitarla 2) salirse del Mercosur 3) resignarse a perder millones de empleos a Brasil”.
El proyecto que tiene en estudio el gobierno de Macri y que busca consensuar en el Congreso implica, entre otros aspectos, igualar el marco legal para el mercado del trabajo con lo que está sucediendo en países vecinos, y competidores potenciales en cuanto a recepción de inversión extranjera, como Chile y Brasil, donde los costos laborales lograron reducirse en un 40% y un 30% respectivamente, en comparación con la Argentina.
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, evalúa una iniciativa parlamentaria que establezcareducir la elevada litigiosidad en el fuero laboral, diferenciar entre compañías grandes y pequeñas para que juicios e indemnizaciones no comprometan la sustentabilidad de las empresas, permitir una rebaja de los aportes que faciliten la creación de empleo y eliminar los beneficios no remunerativos del cálculo indemnizatorio.
Un informe de PwC Argentina apuntó que “los cambios introducidos por el principal socio comercial -y en ocasiones principal competidor por la atracción de inversiones-, en su legislación laboral refuerzan la necesidad de la economía argentina de pensar su estrategia de corto y mediano plazo para obtener aumentos sostenidos de productividad que le permitan trazar un sendero de crecimiento sostenido”.
La reforma de Brasil aumenta la capacidad para pactar libremente la relación laboral por voluntad de las partes
Para la consultora, “estrategias basadas en aumentos abruptos del tipo de cambio han resultado ser inconducentes a mediano plazo para mejorar la competitividad, por lo que la sociedad argentina deberá debatir si está dispuesta a explorar cambios más profundos y estructurales“.
Si bien desde el sector empresario hay respaldo para discutir una reforma laboral, desde los sindicatos ya se evidenció malestar y se prevé su resistencia a una nueva ley laboral. Detrás de la oposición gremial, según trascendió, está el temor a perder fondos para las obras sociales si se aplica una reducción de las cargas patronales.