Dos empleados de limpieza llegaron hoy por la mañana a la casa de que tiene la Gobernación bonaerense en calle 54, entre 7 y 8.Allí solía dormir, dos o tres veces por semana, Federico Salvai, la mano derecha de la gobernadora María Eugenia Vidal y ministro de Gobierno.
No podían abrir: la cerradura se veía forzada. Pensaron que se había roto. Llamaron a la secretaria de Salvai para que pida un cerrajero. Cuando éste llegó la escena era de película: la planta baja y el primer piso de la casa estaban revueltos, los papeles en el piso y un desorden general. Cuando ingresaron al cuarto del funcionario bonaerense estaba todo intacto, desde el vestidor hasta la mesita de luz. De hecho, los delincuentes no se llevaron nada de valor.
El episodio, que en la Gobernación no dudan como una intimidación por la reforma de la Policía Bonaerense que encaró Vidal a comienzos de año,fue ejecutado por profesionales: cuando llegó la Policía Científica no pudieron hallar ni huellas ni pisadas que den cuenta de alguna pista de los autores materiales.
“Descartamos que haya sido al azar, esto no nos cabe ninguna duda que fue otra amenaza”, dice una de las fuentes de la Gobernación.
La otra amenaza ya la había vivido la propia Vidal cuando el 31 de mayo dos agentes de la Bonaerense (un hombre y una mujer) ingresaron al salón previo a la oficina de la gobernadora y revisaron cajones del escritorio de sus asesoras privadas. A causa de esto, Vidal echó al jefe de la custodia, el comisario César Bojanovich.
QUIÉN ES SALVAI
Salvai no es un funcionario más: es quien la acompaña, diariamente, en la gestión y en el armado político. Se conocieron en 2005 cuando ella era candidata a diputada nacional por la Provincia. Nunca entró pero conoció a Salvai, un joven peronista que trabajaba en la Auditoría porteña.
En 2008, tras la victoria de Macri, lo llevó como jefe de asesores del ministerio de Desarrollo Social. Allí su trabajo era transversal pero, al comienzo de la gestión, se tuvo que ocupar de recibir y negociar con las organizaciones sociales. Desde Sergio Schoklender hasta el Polo Obrero.
Lentamente fue ganando terreno en el PRO. Cuando MauricioMacri eligió a Vidal como compañera de fórmula fue uno de sus jefes de campaña junto a Horacio Rodríguez Larreta. A partir de allí tuvo un rol más político que de gestión, a pesar de que fue el armado de las estaciones saludables como Secretario de Desarrollo Ciudadano, primero comenzar a armar para el proyecto porteño de Vidal.
Pero, cuando Macri le pidió que empiece a recorrer la Provincia, en diciembre de 2013, se ocupó de la tercera sección electoral y luego de ser el hombre que buscaba dirigentes por todo el territorio. Fue, además, el apoyo sistemático que tuvo Vidal en los peores momentos de la campaña de 2015.
Acaso por ello, la gobernadora lo nombró ministro de Gobierno, desde donde tiene injerencia en el vínculo con los intendentes así como sobrevuela la gestión junto al ministro de Coordinación, Roberto Gigante.
LA DENUNCIA
La denuncia fue realizada en la comisaría primera de La Plata (la misma cuyo comisario fue echado en medio de la reforma) y será ratificada esta tarde por Salvai.
La casa que tiene el ministerio de Gobierno pertenecía a la Jefatura de Gabinete cuando el sciolista Alberto Pérez manejaba los hilos de la gestión. Él solía usarla seguido.
La casa de dos pisos no tenía ningún tipo de custodia oficial ni de la policía y Salvai la usaba seguido: dos o tres veces por semana se evitaba el trayecto hasta Palermo, donde vive con su mujer y sus dos pequeños hijos.
El funcionario, armador político y quien acompaña a Vidal desde el ministerio de Desarrollo Social en 2008 nunca tuvo custodia. Ahora Vidal lo obligó a tener por primera vez en su carrera política.
LA CAUSA Y LA REFORMA
A raíz de esto se inició una causa a cargo de la Unidad Fiscal de Investigaciones N.9 pero, en principio, no arrojó resultados. El juez a cargo es César Melazo, del juzgado N.2, quien estaba de turno. Melazotiene un historial vinculado a Aníbal Fernández, el ex jefe de Gabinete.
En el macrismo dudan seriamente de que pueda avanzar con celeridad en la causa. Es que en una de sus últimas intervenciones twitter nombró aAníbal como “compañero” y le dijo que cuente con él “para lo que cuadre”.
Mientras tanto, la reforma de la policía Bonaerense avanza: el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, dispuso, hace un par de semanas, otorgar “60 días hábiles” más que los comisarios y subcomisarios presenten sus declaraciones juradas. Una pista de lo que pudo haber pasado.