La lucha para frenar los efectos del envejecimiento afectan distintas esferas de la vida cotidiana: desde la alimentación y ejercicios especializados hasta técnicas y procedimientos más drásticos y definitivos , como las cirugías plásticas.
Desde sus inicios, allá por el 1.500 a.c. en Egipto, a la actualidad, las técnicas estéticas han ido variando y, de vez en cuando, surgen nuevos métodos que ganan en popularidad por sus efectos visibles. En ese sentido, según los últimos datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Estética y Plástica (ISAPS), los tratamientos con rellenos dérmicos de ácido hialurónico (AH) están teniendo un crecimiento sostenido.
El ácido hialurónico se encuentra de manera natural en el organismo, en diferentes tejidos y órganos, como los cartílagos o la piel. A medida que pasa el tiempo, su presencia va disminuyendo hasta llegar al 70%.
Para los especialistas existe un gran avance en los tratamientos con Toxina Botulínica Tipo A y Ácido Hialurónico, productos que han demostrado un gran potencial para combatir los signos de envejecimiento, como también para embellecer los rostros.
“El concepto clave hoy en Medicina Estética es embellecer (beautification), no debemos preocuparnos únicamente por rejuvenecer, sino que el objetivo es realzar la belleza de cada cara, a cada edad”, explicó Dra. Rosa Flom (MN: 61.435), especialista en Dermatología y miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología.
“La profesionalidad del especialista se manifiesta en la búsqueda de la armonía del rostro, en mejorar y realzar sus rasgos más bellos, corrigiendo imperfecciones y revirtiendo cuando es posible el proceso de envejecimiento, pero sin perder naturalidad. Esta concepción, que requiere profundos conocimientos de anatomía además de buen gusto, abarca mucho más que la función antiage a la que solían reducirse los procedimientos estéticos”.
El cirujano plástico Gustavo Adrián Rudy explicó a Infobae que el AH se encuentra entre las técnicas de “relleno” más populares, junto al lipofilling, el traspaso de materia adiposa a alguna otra parte del cuerpo.
“El hialurónico se utiliza más en la cara, para resaltar el labio, eliminar defectos y zonas que perdieron tonificación. Por su parte, la grasa genera volumen; sobre todo en la región de glúteos, pantorrillas, aunque también en pómulos, mejillas y depresiones por celulitis”.
Además, explicó que para realizar un lipofilling se necesita poseer material suficiente en el propio cuerpo para que el organismo lo acepte y no lo rechace por ser un componente desconocido: “Hay diferencias entre los rellenos permanentes y no permanentes. Los tratamientos con rellenos permanentes, el cuerpo lo reconoce como algo extraño”.
El cirujano agregó que “antes de cualquier tratamiento recomiendo hacer una prueba con ácido hialurónico, ya que solo dura seis meses y luego desaparece. Además, siempre es reversible, se puede colocar una enzima y se absorbe rápidamente. Y si te gusta lo seguís colocando”.
Finalmente, Rudy sostuvo que antes de colocarse algún tipo de relleno para los glúteos o pantorrillas siempre recomienda “que hagan mucho ejercicio localizado, dieta, gimnasio y tratamientos estéticos no invasivos, como contractores y radio frecuencia, entre otros”.